Casero y Sabroso

Domingo después de una semana agotadora, decides quedarte un rato más en la cama, pero a las 9 de la mañana alguien viene a pedirte una torta para un niño, y no es cualquier alguien, es un abuelo que estuvo de guardia y no pudo buscarla, por lo tanto no podría cumplir con su nieto, y un cumple sin torta, no es un cumple, y entonces recurre a mi desesperado, la torta era para el medio día, ya imaginan cuál fue mi respuesta, como abuela y como persona no podía dejar a un niño sin su pastel (así le dicen ellos ahora a las tortas), y con lo que tenía para decorarla salimos del paso...(les recuerdo que estoy en un pueblo,divino, pero pueblo), yo en paz, abuelo y nieto espero que felices, esta vez no comerán perdices, comerán una torta, o pastel hecha con mucho de amor y comprensión...a soplar las velitas entonces...

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