el taller de labregu

Haiku marino Una hermosa sirena vieja llora su desesperación. El mar se ha vuelto... un recuerdo agrio. Se relame. Abrumada por la nostalgia recorre las profundidades para que no vean como perfora las algas espesas con sus últimas lágrimas. El marinero fuerte y alegre acaba de morir. La hermosa sirena vieja retuerce el dolor que se hace fatiga Lo anhela con una desesperación extrañamente humana. Se amaron en las islas con una gula tibia. Las sirenas no mueren cantó desolada y escribió: Sueña la noche Se mutilan las estrellas Estamos juntos. L.A

Haiku marino Una hermosa sirena vieja llora su desesperación. El mar se ha vuelto... un recuerdo agrio. Se relame. Abrumada por la nostalgia recorre las profundidades para que no vean como perfora las algas espesas con sus últimas lágrimas. El marinero fuerte y alegre acaba de morir. La hermosa sirena vieja retuerce el dolor que se hace fatiga Lo anhela con una desesperación extrañamente humana. Se amaron en las islas con una gula tibia. Las sirenas no mueren cantó desolada y escribió: Sueña la noche Se mutilan las estrellas Estamos juntos. L.A

Holissss. Este viernes con la @dolores.reyes.3 nos tomamos un tecito y unas masitas secas y charlamos sobre La Novia de Sandro. Porque no solo arruiné el género novela con Las Malas. También arruiné el género ensayo y el género poesía.

Holissss. Este viernes con la @dolores.reyes.3 nos tomamos un tecito y unas masitas secas y charlamos sobre La Novia de Sandro. Porque no solo arruiné el género novela con Las Malas. También arruiné el género ensayo y el género poesía.

HABÍA UNA VEZ, CENICIENTA La joven abogada había recorrido el mundo buscando los zapatos de sus sueños. Viajaba de manera infatigable hasta conseguir las difere...ntes reliquias que cuidaba con una devoción obsesiva. Cada semana dedicaba dos o tres horas a limpiarlos e imaginar los caminos posibles. Con algunos andaba las leguas indignas de la ley, le daban seguridad, hacían más firme la pisada. Nunca supo por qué tenía esa manía. Una vez entre los tantos viajes alocados emprendidos sólo para conseguirlos, había creído la historia de un burlador francés en un mercado de pulgas que le vendió los de la Josefina napoleónica. Creó un espacio casi mágico a la colección para exponerlos y contemplarlos con devoción. Allí descansaban su fatiga verdaderas obras de arte de todos los tiempos: los surrealistas con los kitsch, los exóticos, los cargados de historia con los de Lady Gaga. Un descuidado amanecer de otoño el cuerpo de la muchacha quedó tendido para siempre con un tajo en la garganta. El asesino con ojos alucinados gritaba a la policía: habíamos llegado juntos al lugar donde se esconde desde la eternidad el zapato de Cenicienta y no podía ser de ella. L.A.

La poesía no tiene que ver con la verdad. La verdad es la más peligrosa de las mentiras, tú puedes matar y ser matado en nombre de ella. La poesía es anterior a la verdad y no tiene que ver con el poder de una cosa sobre la otra sino con la armonía de las cosas entre ellas Raul Zurita

HABÍA UNA VEZ, CENICIENTA La joven abogada había recorrido el mundo buscando los zapatos de sus sueños. Viajaba de manera infatigable hasta conseguir las difere...ntes reliquias que cuidaba con una devoción obsesiva. Cada semana dedicaba dos o tres horas a limpiarlos e imaginar los caminos posibles. Con algunos andaba las leguas indignas de la ley, le daban seguridad, hacían más firme la pisada. Nunca supo por qué tenía esa manía. Una vez entre los tantos viajes alocados emprendidos sólo para conseguirlos, había creído la historia de un burlador francés en un mercado de pulgas que le vendió los de la Josefina napoleónica. Creó un espacio casi mágico a la colección para exponerlos y contemplarlos con devoción. Allí descansaban su fatiga verdaderas obras de arte de todos los tiempos: los surrealistas con los kitsch, los exóticos, los cargados de historia con los de Lady Gaga. Un descuidado amanecer de otoño el cuerpo de la muchacha quedó tendido para siempre con un tajo en la garganta. El asesino con ojos alucinados gritaba a la policía: habíamos llegado juntos al lugar donde se esconde desde la eternidad el zapato de Cenicienta y no podía ser de ella. L.A.