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Escritos de cafe 05.05.2021

El problema no era lo que ella sentía. El motivo de años atrás podían con su cabeza , que con tanto vino de madrugada ya no buscaba más que contemplar las luces reflejadas a lo largo del océano, que tan inmenso pero tan suave remojaba la playa. El problema ya no era eso, pensó mientras tarareaba un soul lejano que el viento le traía. Caminó lento por la orilla con lo pies humedecidos por el paso del mar. La música parecía acercarse en cada compás fundiendo los ritmos que ella... tan delicadamente repetía con sus manos. Bailó avanzando por la noche. Los bares abiertos atestados de gente no se percataron de su presencia ni de su inmaculada danza al ritmo del blues. De ese blues, tan lento que detiene el tiempo en cada nota y la intensifica en un golpe de redoble dejando al bajo avanzar en su progresiva melodía. Si la noche se hacía eterna, a ella no le importaba. Nada parecía detener su delirante deseo de convertirse en naturaleza, de refugiarse en la brisa y deleitar con su femenina figura al mar. El problema no era eso... no. Es que los sentimientos tan profundos no rechazan las mentiras, susurró al viento. Creer es parte del juego, se lamentó, y seguir es inevitable. Sonrió y continuó su paso entre la arena. Quién puede parar? El problema no era eso ni la mágica luna brillante como el glamour de años pasados, ni sus sueños truncados, ni la vejez a flor de piel. Se sentía mujer más que nunca, libre en su andar por tanto camino recorrido. Se rozó la cara con los dedos mojados y recordó su rostro juvenil, ya tan lejano y dulce, como una fotografía en blanco y negro antigua pero intacta colgada en su interior. Avanzó por la noche, olvidando las piedras del camino, esa noche era suya, como un regalo personal de años postergados. El problema no era eso pensó y simuló una sonrisa a las estrellas que tan bien supo guardar en su retina, y volver cuando ella quisiera...

Escritos de cafe 22.04.2021

Están aquellos que viven del deseo, del deseo ser, pensó mientras encendía un cigarrillo mirando al olvido. Se desesperó cuando se dio cuenta que sus recuerdos se habían borrado y frunció el ceño, desolado. Corrió al bar y entró violentamente en esa noche de tormenta y calló de rodillas buscando algo, un recuerdo, algún indicio de su pasado, con los ojos enardecidos de furia y de pasión contenida, mientras las lágrimas brotaban casi sin control. La gente lo ignoró. Aterrado s...alió corriendo de su anhelo vacío y sin poder ser lo que alguna vez quiso, sin saber que su propia ignorancia lo tenía atrapado, vendado, sin darse cuenta que no había deseado lo que tenía pero eso era su realidad, su magnifica realidad. Corrió por la calle, dio vuelta a la esquina, y siguió su fuerte paso chocando con la gente. Violento y sin cuidado recorrió toda la ciudad hasta que algo lo rindió y se desplomó... lo doblegó el desconocimiento de sus logros, lo venció la ineptitud de no reconocerse y no sentir la pasión de cada detalle que alguna vez lo hizo estar vivo. Lo velaron sin gloria en aquella calle vacía, de esa ciudad, de aquel país. Nadie lo recordaba tanto, había pasado por el mundo como quien cruza la calle apurado, como quien vive sin saber que está viviendo, como quien anda deprisa sin recordar por donde anduvo, como aquel que corre sin cuestionarse por qué aumenta su paso sin necesidad. El deseo se convirtió en una linea recta del electrocardiograma enchufado horas antes perder sus ansias de recordar a alguien a quien haya amado... y no pudo salir de la trampa que el destino le tenía diseñado. Están aquellos que viven del deseo nunca cumplido, del deseo de ser, y corren ignorando a donde, pensé mientras encendía un cigarrillo, mirando a mis hijos jugar en el parque y me prometí nunca más olvidar aquellos momentos tan pequeños, esos detalles casi insignificantes que me ha dado la vida...

Escritos de cafe 14.04.2021

De lo que te iba contando nada fue real, le dije en un suspiro. Es que ya la noche llega a un punto en que se mezclan los deseos internos y deambulan celebrando la mística de la verdad. Es como que sustrae de lo real la magia y se mete por los poros hasta marearte. Es una droga difícil de dejar. Era su piel, tan suave como la brisa del atardecer en la playa, esa misma que va secando la humedad del calor tempranero y calma las ansias convirtiéndola en ganas de soñar. Si, es so...ñar despierto lo que me sale mejor, le comenté mirando por la ventana del bar, casi sin prestar atención a mi alrededor. Me escuchaba preocupado, me daba cuenta que nada de lo que decía yo entraba en forma clara en su lógica. Comencé a entender que si no revertía la situación iba a tomar el mando de mi locura. Y creo que eso hizo. Creo que si. No es que no haya querido amarla, pensé, pero sabía que cada pensamiento por más profundo que sea lo iba a saber sin yo mediar una sola palabra. Así que le confesé todo de una vez, vomité hasta la última gota de deseo. Se rió. Podía ver en sus ojos la cínica realidad y mostrar los dientes mientras bebía tambaleando la cabeza. Como odiaba esas cosas. La humedad del atardecer comenzaba a apretar en su forma más siniestra. La gente salía del bar buscando un poco de aire y la noche se apoderaba de mi. Es tan simple todo cuando la mente no se interpone, le dije acusando su postura. Lo miré desafiante. Lo distraje de su forma y actitud que hasta reclinó la mirada casi culpable. Fue el alcohol un poco subido lo que me liberó. Fue la intriga de ver la oscuridad en plena noche, era el misterio de su boca que cautivaba y dejaba relucir todo placer escondido entre años vividos y la fantasía que se diluía en los vasos de cerveza. Era una mezcla rara pero dulce de tomar. Sorbo tras sorbo para demoler la inhibición que infundís en todo tu ser, le grite enojado. Lo maltrate, lo sé. No hay manera de escapar cuando la noche corre lentamente. Cuando los segundos se separan entre sí y la voz calma de una promesa flota en el aire como gérmenes tóxicos pero tan seductores que no escuchar meramente es imposible. No creer es tan complicado cuando la razón enamorada de su lógica quedaron ahogados en los vasos vacíos desparramados por la mesa. Esa noche te pude matar... No intentes nada si no lo hiciste antes, le advertí, déjame esta historia impregnada en la piel. Me miró comprensivo, aunque sin entender. Me dejó solo un rato en mi locura. Me liberó del deber ser mientras la noche ya moría pero sabiendo que no tardaría en volver, como él, mi razón, mi lógica, mi realidad, de la cual discuto cada día, en cada deseo, y me persigue con cada fantasía, cada vez que la imaginación se apodera de mi ser. Sentado en el bar, solo... me confesé...

Escritos de cafe 25.03.2021

Cuando el sol comenzaba su descenso ella simplemente se recostaba en la reposera, dejando caer todo pensamiento en papeles que algún día hilarán una historia tan bonita como su sonrisa. Escribía sin apuro, contemplando el cielo rojizo desde el horizonte, mientras la brisa marina deambulaba por la playa buscando desahogos de calor. Cada tarde la observaba metida en su propio mundo. Cada tarde en la misma postura como figurita repetida dejaba brillar sus ojos que el reflejo del...Continue reading

Escritos de cafe 17.03.2021

Esta humilde página les desea a todos un muy buen año. Un 2017 lento, muy lento, porque son esos pequeños momentos que pasan tan rápido en este modo de vivir que nos olvidamos de sentir. Pero de sentir de verdad! Y si la cosa se pone insoportable, no hay mejor remedio, muchas veces, que la de sentarse a la ventana de un café y leer buen libro, observando un rato el mundo, viajar por dentro, quererse un poco. Es como un gran recreo en medio de tanto alboroto. Es poner en cámara lenta y detenerse en cada segundo, para disfrutar esas cosas que nadie ve. Es simple, es difícil. Es vida. Gracias por pasar! Feliz año!

Escritos de cafe 09.03.2021

No saben lo que me gusta de vez en cuando caminar por mi barrio. Aunque está distinto no perdió la esencia ni su belleza, porque la esencia soy yo y porque es mío antes que de todos. No saben lo que me gusta sentir el paso del tiempo en cada paso que doy recorriendo la vereda, cruzar la calle una y otra vez como un loco, pararme en la esquina y mirarme décadas atrás. Pienso, pienso y te pienso. Son esas tardes que necesito reencontrarme con lo que alguna vez me perteneció, e...Continue reading

Información

Web: http://escritosdecafe.blogspot.com.ar

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