1. Home /
  2. Galería de arte /
  3. Bien de Arte

Etiquetas / Categorías / Temas



Bien de Arte 10.06.2021

Si te dedicás a las Artes Visuales y necesitás financiamiento para producir tu obra, no olvides que hasta el 11/5 podés aplicar a las Becas Creación del FNA. ... Solicitalas para poder destinar tiempo a investigar y producir, comprar insumos o herramientas, alquilar un taller, costear traslados, y cualquier otro fin que sirva a la concreción de un proyecto visual (pintura, escultura, fotografía, dibujo, instalación, grabado, etc.). Inscripciones online app.fnartes.gob.ar. Otras disciplinas incluidas: Música, Artes Audiovisuales, Teatro y Artes Circenses, Artesanías, Arquitectura, Diseño, Letras, Danza y Patrimonio. Más información y preguntas frecuentes en fnartes.gob.ar (link en bio). El FNA cerca de los artistas, sostiene cultura.

Bien de Arte 04.06.2021

Richard Diebenkorn - Cane Chair - 1959

Bien de Arte 20.05.2021

The Bachelor, Andrew Wyeth, 1964. Watercolour on paper, 30 x 21 in. (76.2 x 55.6 cm).

Bien de Arte 16.05.2021

1964, Jorge Luis Borges I Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.... Ya no compartirás la clara luna ni los lentos jardines. Ya no hay una luna que no sea espejo del pasado, cristal de soledad, sol de agonías. Adiós las mutuas manos y las sienes que acercaba el amor. Hoy sólo tienes la fiel memoria y los desiertos días. Nadie pierde (repites vanamente) sino lo que no tiene y no ha tenido nunca, pero no basta ser valiente para aprender el arte del olvido. Un símbolo, una rosa, te desgarra y te puede matar una guitarra. II Ya no seré feliz. Tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el mundo; un instante cualquiera es más profundo y diverso que el mar. La vida es corta y aunque las horas son tan largas, una oscura maravilla nos acecha, la muerte, ese otro mar, esa otra flecha que nos libra del sol y de la luna y del amor. La dicha que me diste y me quitaste debe ser borrada; lo que era todo tiene que ser nada. Sólo que me queda el goce de estar triste, esa vana costumbre que me inclina al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.

Bien de Arte 25.09.2020

John Sten (Swedish, 1879-1922) - Höstlandskap (Autumn Landscape), 1906, oil on canvas, 67,5 x 45,5 cm (bukowskis)

Bien de Arte 16.09.2020

Todos te lloramos, todos te extrañaremos....

Bien de Arte 29.08.2020

Katsushika Hokusai, (Japan , 1760-1849) Grasshopper and persimmon, colour woodblock print, n.d.

Bien de Arte 17.08.2020

! Just for Practice !

Bien de Arte 10.08.2020

Desde La Blanco Encalada nos proponemos visibilizar cierta memoria de alguna manera desterrada de la historia de nuestras artes visuales. Iniciamos entonces el ...ciclo: La Matria en las artes plásticas esperando sea de vuestro agrado. Hoy compartimos a... Aida Carballo "para instalarme en un escenario y simplemente, trabajar de actriz. Pero preferí el grabado, por su nobleza. La pintura turba. El grabado es honesto como la escultura" (1916-1985), argentina. Carballo fue una eximia grabadora y dibujante. Sus trabajos con óleo, acuarela y tempera son secundarios en su obra pero muestran, en parte, su talento. La obra y la vida dramática de Carballo son casi inseparables. Carballo padeció de severos trastornos mentales que la llevaron, en distintas ocasiones, a ser recluida en hospitales psiquiátricos, lo que no le impidió desarrollar su creatividad, su capacidad de enseñanza, y estar entre las más elevadas figuras del arte argentino. Cuatro perfiles La grabadora apasionada, la mujer divertida y misteriosa, la interna solitaria que dibujaba los rostros de los locos, la pasajera que retrató como nadie el universo urbano del colectivo. Todas esas mujeres fue Aída Carballo, protagonista de una vida singular y reconocida como una de las mejores grabadoras de América. 1. La mujer Aída nació un frío mediodía de julio, en San Telmo. Esa niña de mirada profunda, pies pequeños y piernas regordetas que escondía por vanidad, fue formándose a partir de una sensibilidad y una pasión que, con el tiempo, aprendió a traspasar al papel con un marcado surrealismo reo, muchas veces comparado con los personajes de Roberto Arlt. En su obra Autorretrato con autobiografía (ver recuadro), la propia Aída se describe como una pequeña inquieta, traviesa, de mechón despeinado, la misma que solía escupir en la cabeza del turco del negocio de abajo desde el refugio de su balcón. Luego, se definía como la adolescente con vestido claro y color carmín que ingresaba a Bellas Artes, las divertidas mañanas en la escuela de la costanera; o como la artista de las cerámicas refinadas, actividad a la que dedicó buena parte de su vida hasta sumergirse en el mundo de la estampa. Su infancia estuvo marcada por la fuerte presencia de su padre, diputado socialista, a quien admiraba y amaba. Aída, de arrolladora personalidad, sólo podía amar y odiar a todos aquellos que la frecuentaban. Américo Balán, también grabador, destacó en Aída su enorme sensibilidad emotiva para comunicar sus impresiones artísticas: "Tenía un contacto más emocional que intelectual con los alumnos. Aída resplandecía de humor, frescura y humanidad, dejaba sus enfoques sabrosos, sus reflexiones personales sobre otros artistas y los misterios del mundo para la soledad de su taller". Los gatos fueron la única compañía duradera de esta mujer solitaria, que pasó toda su vida dedicada al arte. El amor fue una tarea pendiente en su vida, y sólo existen vagas referencias sobre el tema: "Con Aída se podían tener conversaciones íntimas sin el menor problema, mientras uno no se acercara al tema sentimental", detalló Manuel Mujica Lainez hijo, cuyo padre mantuvo una relación muy estrecha con la artista. La grabadora amaba disfrazarse, y hasta reconoció que le hubiera gustado representar a la diosa Minerva "para instalarme en un escenario y simplemente, trabajar de actriz. Pero preferí el grabado, por su nobleza. La pintura turba. El grabado es honesto como la escultura", explicó. El dibujante Roberto Páez fue otro de los artistas que conoció a Aída antes de su internación en el hospicio. Con él mantuvo una larga amistad, pese a la diferencia de edad que los separaba: "Aída no era una persona fácil de hacer amistades, pese a su innato sentido del humor y a su gusto por organizar fiestas de disfraces. Tenía una veta surrealista para hacer retratos crueles y dibujar apelando a su prodigiosa memoria, con ese trazo tan suyo, el que por momentos tiene algo de caricaturesco". En las últimas épocas de su vida, el trabajo de la grabadora se volvió cada vez más difícil, los dedos se le crispaban, padecía de artritis y comenzó a tener también problemas para caminar. Aída murió en abril del '85, según el dictamen médico, fue una descompensación diabética. 2. La artista Para Aída Carballo, el grabado era el instrumento para estampar imágenes de las realidades que vivía. Tomó pedazos de las calles por donde caminaba: detalles de los colectivos, expresiones de algunos personajes, rasgos de muñecas, gestos de los locos, caricias de los amantes, y los llevó a su expresión más cruda, al blanco y negro, despojándolos de todo colorido que pudiera distraer la mirada del espectador. Su obra se inclinó siempre hacia la sátira, y su dibujo no perdió nunca lo grotesco y marginal. Los maestros reconocidos por Aída, como Adolfo Bellocq, Facio Hebecquer, Honoré Daumier o Goya, infundieron en ella un decidido rechazo por el arte cuyo único campo de acción se limitara a la esfera estética. El trabajo del artista, para el grupo al que Carballo pertenecía, debía continuarse, completarse, en un compromiso vital con la realidad. Por eso fue considerada por muchas voces del mundo de la plástica como la mejor grabadora de América. La notas periodísticas de la época aseguran que asomarse al taller de Aída en Almagro era como observar desde un balcón el tránsito de los vecinos conviviendo con el misterio develado por Aída y transportado al papel. Cuando alguien le señalaba que sus grabados eran exasperantes y torturados, ella contestaba que, precisamente, su intención era buscar la comunicación con la gente mediante el mismo dolor, la misma alegría, la misma euforia. Al hablar del sistema de su trabajo, respondía que dibujaba mucho porque eso le hacía bien, pero que no podía despojarse de sus estados de ánimo a la hora de crear: "El oficio es lo verdaderamente subjetivo -decía- porque lo expresamos mediante las manos. Uno también crea, pero en una proporción mucho más modesta. Cuando estoy preocupada por algo, recurro a las cosas que me rodean, pero si me siento serena me hundo en mí misma y surge una temática extraña y diversa. A veces empiezo a trabajar ante una puerta entornada, donde vislumbro un espejo. En otras oportunidades, frente a la hoja en blanco, veo con claridad la obra que habré de realizar". El tema de la locura, que por años la había obsesionado, lo abordó recién en 1960, sin lograr agotarlo. En los años que siguieron, y luego de presentar su reconocida Serie de los locos, Aída desarrolló dos series más de grabados: Serie de los amantes, y en 1967 la Serie de los Levitantes, donde integró a su obra novedades como el color y el humor. Al año siguiente inauguró la Serie de los colectivos, y ya en 1975 presentó la Serie de las muñecas, con dibujos coloreados, témperas y unos pocos grabados. Las imágenes rompían la aparente inocencia porque entonces Aída se ocupó de incorporar lo perturbador de algunas fisonomías, donde la figuras surgían leve o cruelmente desarticuladas. La nota completa en Sudestada n39.

Bien de Arte 27.07.2020

FELIZ DÍA DEL ARTISTA ¡Por todos aquellos que brindan su creatividad al servicio de los demás! ¡Feliz día del artista plástico! QUINQUELA DIXIT: "Toda mi obra ...artística está realizada en él y en torno a él, hasta el punto de que no me sería posible vivir y pintar fuera de la Boca. El mío es un caso de identificación entre el hombre y su barrio, entre el artista y su medio. Es natural, entonces, que me preocupe por todo aquello que pueda beneficiarle o enaltecerle. Por eso le dediqué mi arte y por eso le ofrecí mis donaciones". Foto: Quinquela con espátula en su mesa- paleta, 1946 (Archivo MBQM)