La Familia Ricotera

Tics de la revolucion!

Sus ritmos al cantar, me obligan al ritual!!!

Espero que estés bien. Recién terminaba de sonar Nuestro amo juega al esclavo, uno de mis temas favoritos, uno de los más emblemáticos de Patricio Rey y sus... Redonditos de Ricota, cuando el Indio anunciaba que se venía la última canción de la noche, o algo similar, la verdad que no lo recuerdo, porque a unos metros de donde yo estaba un grupo de gente se separaba dejando un hueco en el centro, levantando las manos y vociferando algo que no se lograba distinguir muy bien, porque claro, uno estaba atento a lo que el Indio estaba anunciando. Al principio creí que esta gente se estaba preparando para lo que muchos conocen como el pogo más grande del universo pero inmediatamente me di cuenta de que no, de que estaban pidiendo ayuda, de que dos pibes estaban desesperados tratando de levantar a otro que parecía estar muerto. También había una piba, desesperada tratando de sacarle el barro que le tapaba la cara al pobre pibe, no tarde demasiado en agarrarle los pies y colgármelo al hombro, con la ayuda de mi amigo Facu (aunque después de esto que vivimos, ya podría considerarlo un hermano), los otros dos pibes y la piba comenzamos a correr en dirección al puesto médico, que se encontraba en el otro extremo del predio, porque desgraciadamente, estábamos en el medio del predio, justo ahí, en el punto equidistante entre todos los puestos médicos. No habré corrido un metro que escuche como empezaba a sonar ese himno ricotero que tanto esperaba para saltar y disfrutar a pleno, el miedo y la adrenalina que sentí en ese momento era inexplicable, nunca había sentido algo similar, con mi mano derecha me aseguraba que las piernas de ese muchacho no se me resbalaran del hombro, confiando plenamente en los otros pibes que le sostenían el torso y en Facu que le agarraba la cabeza para que el pobre muchacho no quede desnucado, la piba que nos acompañaba le rogaba a la gente que se corra para que podamos pasar más rápido y llegar al puesto médico lo antes posible, pero lamentablemente no le hacían caso. Estoy seguro que una deidad se apodero de mi brazo izquierdo (de todo mi cuerpo en realidad) y me doto de una fuerza y resistencia que no me eran propias, intento entender y no logro comprender como logre ir apartando a cientos de personas con una mano sola, en el medio de uno de los pogos más enérgicos que existen, o como carajo hicimos para zafar de las bengalas de humo que prendían algunos, tampoco entiendo como no me desvanecí antes, y menos aun cuando recuerdo que varias personas me golpearon (uno me dejo su marca en la mejilla derecha) creyendo que mis empujones eran parte del agite o de mala leche, pero nada les reprocho, porque cuando vieron que en mis brazos cargaba a un ser humano, seguro que sintieron algo de culpa o se disculparon al aire, porque iba con una velocidad que yo nunca había alcanzado (los que me conocen saben que no me caracterizo por mis proezas físicas). Recién cuando ya nos encontrábamos a metros del puesto médico comencé a sentir la fatiga, pero me propuse hacer un último esfuerzo, objetivo que se volvió aún más complicado cuando me rescate de que el la atención medica no se brindaba debajo de ese cartel que con letras blancas en un fondo rojo anunciaba que allí era donde se daba socorro a quienes lo precisaran, si no que este lugar se encontraba a unos cinco o seis metros a la derecha del dichoso cartel. Probablemente no sea una gran distancia, pero cuando venís de recorrer la mitad de ese predio (creo que el ancho del predio era de casi 300 metros) con un tipo arriba y empujando gente que no está muy dispuesta a dejarte pasar, yo les puedo asegurar que esos cinco o seis metros parecen kilómetros. Afortunadamente unas personas que se encontraban unos metros arriba nuestro (vaya uno a saber arriba de que mierda se habían trepado) nos indicaron el camino más rápido para poder alcanzar la asistencia que el pibe, al cual llevaba acarreando hace ya una eternidad, precisaba. Disculpen si les molesta, pero no puedo dejar de reiterar que una deidad o fuerza suprema intervino, porque al momento que pudimos pasar al chico hacia el otro lado de las vallas, el lado donde el personal de salud se encontraba, este NN abrió los ojos y nos miró sin entender que sucedía, no pude mirarlo demasiado porque me desplome sobre una de las vallas porque ya no tenía fuerzas ni para sostenerme, agradezco que Facu estaba atrás mío y me sostuvo, mientras una de las personas que habían recibido al muchacho nos dijo q nos quedemos tranquilos, que había abierto los ojos y respiraba, llegue a responderle que no lo conocía, que hablara con los otros q me acompañaron, pero resulto que ninguno de los tres lo conocía, ni la piba que grito y corrió como si el que estaba en mis hombros fuese su novio o hermano, ni esos dos pibes que cruzaron sin vacilar un terreno que parecía una zona de guerra. Como creí que el recital terminaba y el punto de reencuentro que había preestablecido con mis otros amigos se encontraba demasiado lejos, me apresure a llegar lo más pronto posible allí, de haber sabido que el Indio nos regalaría Mi perro dinamita quizá hubiese sido distinto, pero mis fuerzas se habían extinguido y lo único que quería era abrazar a mis amigos y saber que todo estaba bien. Al llegar a la casa donde nos estábamos hospedando, mire el celular y vi q eran casi las 3 de la mañana, me apure a llamar a mi vieja por WhatsApp porque la señal telefónica era nula (la casa tenia wifi), y ella con una voz que rozaba el llanto me expreso su preocupación por lo que estaba ocurriendo, me conto que en las noticias se hablaban de 10 muertos o más. Corte el teléfono y en un estado de incredulidad le digo a Facu lo que mi vieja acababa de contarme. El me mira y al cabo de unos segundos me dice podrían haber sido 11. Recién ahí caí de que estuve a centímetros de la muerte, de que ese pibe que lleve a cuestas podría haber sido yo o un amigo. Por eso escribo esto, porque necesito descargarme, y después de casi dos días de esto que me paso, siento la necesidad de saber que fue de la vida de ese pibe que me doto de una valentía que no creía tener. Por eso, si estuviste en el show, si sos un morocho de tez clara, flaco, vestido de azul, te encontrabas cerca de la torre de sonido N2 al momento de Nuestro amo juega al esclavo, te desmayaste en ese momento y te despertaste en el puesto médico que se encontraba a la izquierda del escenario (mirando el escenario de frente) al momento que comenzaba Mi perro dinamita , espero que te encuentres bien y te comuniques conmigo, porque en esos minutos (aunque para mí fue una eternidad) en los cuales te sostuvimos con Jijiji de fondo, te tome mucho aprecio, no se si seras un buen tipo, pero como dijo el Indio, te quise sin conocerte. See more

#IndioEnOlavarría El Municipio dio a conocer el informe preliminar de las autopsias.

Quién saca micros desde Ituzaingó que no salga taaanto??? Me dejaron colgadaaaa!!!