Mariatraveltips

Dejamos las cosas en el cuarto de los chicos y fuimos a recorrer la ciudad. Primero frenamos en una farmacia porque dos de los chicos se sentían mal del estómago para adquirir unos polvos que hicieran efecto rápido para poder ir al desierto sin problemas. Entramos a un salón lleno de frasquitos de colores que parecía más un lugar de golosinas por los colores. Maraquesh era simplemente fantástica. Nos perdimos por las callejuelas. Comimos en la plaza sin miedo a las bacterias como si los australianos nos inmunizarán. Los chicos bailaron a la par de los marroquíes y volvimos agotados al hotel a dormir. Claramente dormir en el techo fue una experiencia inolvidable, sólo con una frazada nos tiramos sobre unas colchonetas bajo La Luz de las Estrellas.

A las ocho de la mañana llegamos a Casablanca donde cambiaríamos de tren. Salimos del camarote, Será había dormitado la mayor del viaje. Nos encontramos en una estación de tren atestada de gente, sin cartel que indicara cual era el anden para Maraquesh, decidimos seguir a la multitud. Al rato volvimos al mismo lugar al cual habíamos llegado, gracias a un marroquí que nos observo perdidas y nos indico que volvieramos. Esperamos en una estación que no tenia vida a pesar de la ...cantidad de gente que estaba esperando, era un silencio que se mantenía en el aire. Al frente observo nuevamente una mujer que se encontraba tapada de pies a cabeza, sus manos cubiertas con guantes negros, ni sus ojos se observaba, pero denotaba que era joven, su contextura delgada, su altura. Su situación me atraía sin poder sacar la mirada. La observaba, su marido se encontraba adelante, con una señora que podría ser la madre de ella. Poseían gran cantidad de valijas mostrando su condición. Se peleaban, por el movimiento del cuerpo estaban discutiendo. Pero sentía que el siempre tendría la ultima palabra. Ella estaba apresada. El tren llego al anden y yo observo a lo lejos que los australianos que habíamos conocido en Fez estaban subiendo al mismo tren. Sin decirle nada a Será la dirigí hacia los camarotes de adelante, para que pareciera casual nuestro encuentro. See more

Un encuentro que sería claramente olvidado paso a ser el comienzo de una historia que aún no ha terminado. Con Será fuimos a un local de internet en un segundo piso para comunicarnos con nuestras familias, a mandarnos mails y de pronto un chico rubio que estaba junto a otros dos compañeros de viaje se me puso a hablar. Yo instintivamente lo mire pero mis ojos fueron cautivos por su amigo que estaba al lado. Me había enamorado a primera vista una vez más. La charla resultó entretenida ya que eran australianos y eran muy graciosos. Pero con Será teníamos otros planes a pesar de que nos propusieron juntarnos.