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TV SAI Latinoamérica 09.07.2021

Om SAI Ram SRI SATHYA SAI TV SAI ARGENTINA SANDEHA NIVARINI ''Aclaración de dudas espirituales"... I. ¿ES NECESARIO EL MAESTRO ESPIRITUAL? Devoto: Swami, ¿podemos preguntarte libremente sobre cualquier tema relacionado con el sendero espiritual, que desconozcamos? Swami: Por supuesto, ¿cuál es la objeción? ¿Por qué esa duda? ¿Para qué estoy Yo aquí? ¿No es acaso para explicarles aquellas cosas que no saben? Ustedes pueden preguntarme sin miedo ni titubeos. Yo siempre estoy dispuesto a responder. Solamente pido preguntas serias, con deseos profundos de conocimiento. Devoto: Pero algunas personas mayores dicen que es malo acosar al Maestro con preguntas. ¿Tienen razón, Swami? Swami: Eso no es cierto. ¿A quién otro si no podría aproximarse el discípulo? Desde el momento en que el gurú (maestro espiritual) es todo para él, lo mejor es que le consulte a él todos los temas, y después actúe. Devoto: Algunos dicen que debemos llevar a cabo con reverencia lo que los maestros nos piden sin plantear objeciones. ¿Es ésa también Tu consigna? Swami: Hasta que desarrolles una fe total en ellos y sepas que sus palabras tienen validez, será difícil que lleves a cabo lo que ellos ordenan reverentemente. Así que, hasta entonces, no estaría mal averiguar el sentido y la validez de sus órdenes, para que actúes convencido. Devoto: Maestro, ¿a quién debemos creer y a quién descartar? El mundo está lleno de falsedad. Cuando aquellos que aceptamos como buenos se vuelven malos, ¿cómo puede fructificar la fe? Swami: Bueno, mi muchacho. ¿Dónde está para ti, en este mundo o en otro, la necesidad de hacer germinar la fe en los demás? Primero ten fe en ti mismo. Luego ten fe en Dios, el Señor, el Absoluto Universal. Cuando tengas fe en estos dos, ni el bien ni el mal te afectarán. Devoto: Swami, la fe en el Señor también disminuye a veces. ¿Cuál es la razón? 10Swami: Cuando uno es engañado por lo ilusorio del mundo exterior, y cuando uno no logra buenos resultados en semejantes deseos mundanos, disminuye la fe en el Señor. Así que abandona tales deseos. Desea solamente aquello relacionado con lo espiritual; entonces las dudas y las dificultades no serán tu designio. Lo más importante para esto es la fe en el Señor; sin ella comienzas a dudar de todo, lo grande y lo pequeño. Devoto: Hasta que lleguemos a comprender la Realidad de lo Absoluto, dicen que es importante estar en compañía de los sabios, los buenos y también tener un maestro espiritual. ¿Es esto realmente necesario? Swami: Ciertamente, la compañía de los sabios y de los buenos es necesaria. Para hacerles conocer aquella Realidad también es importante un gurú. Pero, sobre este tema, deben ser muy cuidadosos. Los auténticos gurús escasean hoy en día. Los impostores se han multiplicado y los maestros se han aislado para poder conseguir su realización interior sin ser molestados. Hay muchos maestros (gurús) auténticos, pero no se encuentran fácilmente. Aun si los consiguen, deben agradecer al destino que les otorgue más de una palabra que los instruya sobre la Verdad; ellos no perderán tiempo contándoles toda clase de historias. No deben apurarse en la búsqueda de un gurú. Devoto: Entonces, ¿qué es el Sendero en este mundo? Swami: En verdad, es para esto que tenemos los Vedas (La Sabiduría o revelación Divina de la Verdad Eterna, revelada a los corazones purificados de los Rishis o antiguos Videntes de la India), Sastras (Escrituras que instruyen acerca de los Códigos de Moral), Puranas (Escritos que describen los hechos y poderes de los Dioses como el famoso Bhagavata Purana) e Ithihasas (Las Historias Epicas, como el Ramayana y el Mahabharata). Estúdialos, transita el camino que enseñan y capitaliza la experiencia; comprende su significado y el sentido de sus mensajes que provienen de los sabios; llévalos a la práctica; medita en el Alma Universal como el gurú y como Dios; entonces, esos mismos libros te ayudarán como tu gurú. Porque, ¿qué es un gurú? Gurú es aquel a través del cual tu mente aprende a fijarse en Dios. Si tú consideras el Alma Universal como el gurú, y practicas una disciplina espiritual con sacrificio y entrega y con un Amor inquebrantable, el Mismísimo Señor aparecerá ante ti y te dará instrucción espiritual, tal como un gurú. O tal vez te bendiga como resultado de tu práctica espiritual, y puedas encontrar un auténtico maestro que te conduzca a la Liberación. 11Devoto: Pero actualmente, algunos personajes reparten instrucción espiritual a todos aquellos que lo solicitan, ¿no son ellos verdaderos maestros, Swami? Swami: No te diré si lo son o no. Sólo te aclaro lo siguiente: No es señal de auténtico maestro, el otorgar instrucción espiritual a cualquier persona que se le acerque con alabanzas, sin considerar el pasado y el futuro; sin descubrir la capacidad y los impedimentos del discípulo, y su posibilidad de recibirla. Devoto: Entonces, Swami, he cometido un error. Cuando un gran ser llegó a nuestro pueblo, y mientras todos recibían enseñanzas de él, yo también fui, y me postré ante él y las pedí. El me concedió una buena instrucción espiritual. Yo repetí el mantra (fórmula sagrada o repetición del Nombre de Dios) algún tiempo, pero poco después me enteré de que este personaje era un fraude. Desde ese día perdí la fe en el Nombre que él me diera, y dejé de practicar el mantra. ¿Estuvo esto mal o tengo razón? Swami: ¿Dudas de lo correcto o incorrecto de esto? Está muy mal. Así como el gurú examina las condiciones del discípulo, éste también debe examinar críticamente las referencias del maestro, antes de recibir instrucción espiritual. Tu primer error fue el no prestar atención a esto, y apresuradamente aceptar sus enseñanzas. Bueno, aun si el gurú te la dio sin estar debidamente calificado, ¿por qué rompiste tu voto dejando de repetir el Nombre? Este es el segundo error; echarle la culpa de los errores ajenos al Sagrado Nombre de Dios. Antes de recibir instrucción espiritual, deberías haberte tomado tiempo para saber de la autenticidad del gurú y desarrollar confianza en él. Sólo cuando el deseo de aceptarlo como maestro apareciese, deberías haber recibido esa instrucción espiritual. Pero, una vez que adoptas el Nombre, debes repetirlo y nunca dejarlo, sin importarte cuáles fueran las dificultades. De lo contrario, incurres en el error de aceptar o rehusar las cosas sin reflexión alguna y esto trae, inevitablemente, malas consecuencias. No debieras aceptar un Nombre si estás afectado por las dudas o si no es de tu agrado. Pero una vez adoptado, nunca debes abandonarlo. Devoto: ¿Qué pasa cuando uno lo deja? Swami: Bueno, mi muchacho, la deslealtad al gurú y el descartar el Nombre de Dios, causarán que tu esfuerzo dirigido y tu concentración se marchiten. Como dice el refrán: "La semilla enferma nunca puede convertirse en árbolV. Devoto: Pero, ¿si el gurú nos otorga el mantra aun cuando carezcamos de mérito? 12Swami: Tal gurú no es un gurú. El efecto de su accionar incorrecto no recaerá sobre ti. La maldad de ese error recaerá sólo sobre él. Devoto: Si el discípulo actúa de acuerdo con la promesa hecha al gurú, sin valorar lo que pueda llegar a ser el gurú, y lo honra como antes, ¿podrá llegar a la meta? Swami: Ciertamente, ¿qué duda cabe? ¿No conoces la historia de Ekalavya? Aunque Dronacharya no lo aceptó como discípulo, él colocó una imagen y la tomó como si fuera el mismo Dronacharya, reverenciándolo. Aprendió arquería y obtuvo el dominio sobre todas las artes. Finalmente, cuando el gurú cegado por la injusticia, le pidió su pulgar derecho como honorarios, él se lo ofreció gustoso. ¿Tomó Ekalavya a pecho la injuria del gurú? Devoto: ¿Para qué le sirvió aquella ofrenda? Su educación en el dominio del arco fue un desperdicio, eso es todo. ¿Cuál fue el resultado neto de sus logros? Swami: A pesar de que Ekalavya perdió toda posibilidad de usar su habilidad, el carácter que adquirió con su entrenamiento nunca se perdió. ¿No es suficiente compensación la fama que adquirió por su sacrificio? Devoto: Bueno, lo pasado pasado es. De aquí en adelante, por lo menos, yo me esforzaré y trataré de no dejar de lado el Nombre. Por favor, concédeme instrucción espiritual Tú mismo. Swami: Tu actitud es similar a la de aquella persona que después de haber presenciado la representación del Ramayana (historia épica) durante toda la noche, le preguntó a alguien al alba, ¡cómo estaba Rama emparentado con Sita! Te estaba diciendo que el gurú y sus enseñanzas vendrán a ti cuando estés listo para recibirlas sin buscarlas. No tienes ninguna necesidad de pedirlo. Hablando con propiedad, el discípulo no debe pedir instrucción espiritual por sí mismo. No puede darse cuenta si está maduro para ello. El gurú estará esperando el momento apropiado, y él mismo lo bendecirá y ayudará. No se debe recibir instrucción espiritual más de una vez. No es repetible. Si abandonas esas enseñanzas y tomas otras, cuando así lo deseas, serás como una mujer casada que se va de su casa. Devoto: Entonces, ¿cuál es mi destino ahora? ¿No hay forma de salvarme? Swami: Arrepiéntete de la equivocación cometida pero continúa meditando en el Nombre que recibiste. Para la recordación de los Nombres de Dios y la repetición de los 13Nombres de Dios, puedes usar todos los Nombres que quieras. Para la meditación debe ser usado sólo el Nombre dado en tu iniciación espiritual, recuérdalo. No cambies ese Nombre Sagrado; transfórmate a ti mismo por el persistente anhelo y esfuerzo de avanzar. Devoto: ¡Swami! Hoy, es sin duda un gran día, pues todas las dudas han desaparecido con Tus palabras. Tal como dijiste, la enseñanza espiritual creó la duda, Tu mensaje la dispersó. Si me permites volveré a mi lugar y cuando vuelva, te traeré nuevas dudas para ser aclaradas en Tu presencia a cambio de Paz y Alegría. Si así es Tu deseo, volveré el próximo mes. Swami: Muy bien. Eso es exactamente lo que quiero: que personas como tú eliminen sus dudas, aprehendan el verdadero sentido de la vida, y recibiendo el mensaje con fe y firmeza, vivan recordando permanentemente el Nombre del Señor. Siempre que vengas, sea como sea, aprende de Mí el método y los medios para deshacerse del dolor, la duda y la preocupación. Nunca sufras, pues con ese dolor dentro tuyo, no serás capaz de practicar ninguna disciplina espiritual. No importa qué disciplina espiritual practiques, será como tirar agua de rosas sobre cenizas. Muy bien, ve ahora y vuelve más adelante. See more

TV SAI Latinoamérica 26.06.2021

Om SAI Ram SRI SATHYA SAI TV SAI ARGENTINA EL GITA UN TORRENTE DE SABIDURÍA... CAPÍTULO VI CAPITULO VI En diecisiete versos, del cincuenta y seis al setenta y dos, Krishna describe, en el capítulo segundo, las características de la sabiduría firme (sthithaprajña) y la excelencia de ese estado. Luego, diciendo que El mismo había establecido el Yoga del Conocimiento para los que indagan en el conocimiento de los objetos materiales (sankhyas) y el Yoga de la Acción para los yoguis como medios de obtener la Liberación, habló de la importancia del karma (efecto de acciones pasadas en ésta o en previas vidas). Todo el mundo tiene que inclinarse ante las demandas de la naturaleza y ocuparse de algún karma (trabajo, actividad); es inevitable. Por tanto, Krishna dijo: "Asume el karma que te corresponde (karthaya karma). El ocuparse de algún karma es preferible a no ocuparse de nada. Si desistes del karma (actividad preescrita para cada etapa de la vida), la tarea de vivir se torna difícil o, mejor dicho, imposible. "Las acciones (karmas) que no atan a las consecuencias se llaman sacrificios (yajna). Todas las demás producen esclavitud. Por lo tanto, oh Arjuna, abandona todo apego y ocúpate de actos que puedan considerarse como si cada uno fuera una ofrenda, un sacrificio dedicado al Señor." Krishna enseñó a Arjuna los orígenes del karma, las raíces de donde nace y crece la compulsión de cumplir con el karma; los explicó con tanta claridad que el corazón de Arjuna quedó realmente persuadido y templado. "Los Vedas emanaron de Dios; los karmas emanaron de los Vedas; en el karma se originó el sacrificio (yajna); del sacrificio (yajna) nació la lluvia; con la lluvia se produjo el alimento y del alimento vinieron todos los seres vivientes. Este es el ciclo que debe ser aceptado y respetado. "Considera esto, oh Arjuna. Yo no tengo necesidad de asumir ningún karma; no, en ninguna parte de los tres mundos. No tengo ninguna compulsión. Sin embargo, estoy siempre ocupado en el karma. Piensa en esto. Si Yo desistiera de esta tarea, el mundo dejaría de existir. Ten fe ciega en el Atma; luego dedica todos tus actos a Mí, sin deseo alguno de gozar de su fruto, sin egoísmo y sin sentido de posesión ni orgullo, entra al combate", dijo Krishna. Si la rueda de la Creación ha de girar con suavidad, cada uno debe seguir realizando su karma. Nadie, quienquiera que sea, puede librarse de esta obligación. Aun aquel que ha alcanzado el Conocimiento (Jñana) más elevado tiene que observar esta regla. El comer y el beber, la aspiración y espiración del aliento también son hechos que corresponden al karma. ¿Quién puede existir sin que estas funciones se lleven a cabo? Tú obtienes beneficios del mundo y de la comunidad en que vives y, por tanto, les debes alguna retribución. Este Universo es en realidad como un enorme taller; cada ser humano es un miembro de esa organización. A este miembro se le asigna una tarea según sus propias capacidades y deberá encontrar satisfacción en el desempeño de ese particular trabajo. Cualquier trabajo que a uno se le asigne, tiene que hacerlo como una ofrenda a Dios. No hay una sola cosa en todo el Universo que no participe en esta gran tarea. Planta e insecto, roca y tronco, viento y lluvia, calor y frío; si cada uno de éstos no trabajara de acuerdo con el plan, el mundo no podría subsistir. El Sol y la Luna prosiguen con sus tareas rutinarias; el viento y el fuego tienen que desempeñar sus deberes sin demora. Si la Tierra y el Sol rehusaran cumplir con la tarea que tienen encomendada, ¿qué pasaría con el mundo? De manera que no hay nadie que esté sin karma ¡que esté aún en'posesión de un cuerpo! Es solamente cuando cada uno desempeñe su tarea, sin fallar y con cuidado, que la rueda se moverá rápida y suavemente. Te preguntarás por qué los sabios todavía tienen que practicar el karma; no solamente tú, sino muchos otros podrían preocuparse por este interrogante. Pues bien, la gente generalmente sigue el ideal fijado por quienes están en niveles superiores. Sus actos constituyen la base del Dharma (los dictados de Dios) para todos. Si los sabios (jñanis), conocedores de Dios, estuvieran inactivos, ¿cómo habrían de salvarse los mortales comunes? No tendrían guía, y se perderían en los caminos fáciles del placer sensorial. El deber de los sabios es fomentar la Rectitud y practicarla frente a los demás, para que éstos también se inclinen a seguir el ejemplo, atraídos por la esperanza de volverse tan alegres y felices como aquéllos. Los sabios tienen que hacer y ver que se haga, mostrando, de manera que el resto pueda ser persuadido para seguir el ejemplo dado por ellos. "¡Arjuna! ¡Presta atención tan sólo a este hecho! ¿Qué temperatura tiene tu cuerpo ahora? Debe de tener alrededor de treinta y siete grados; ¿cómo sucedió? Debido a que el Sol posee una temperatura muchos millones de veces mayor a pesar de su distancia, ¿no es así? Ahora, si el Sol dijera que ya no soporta todo ese fuego y se enfriara, ¿qué pasaría con la humanidad? Por otro lado, si Yo desistiera del karma, de este vasto trabajar en el Universo y a través de él, ¿imaginas cuál sería su sino? Esa es la razón por la cual me dedico al karma, recuerda. No porque Yo derive alguna utilidad de ello. "Todos en este mundo están obligados a seguir las regias del karma. Pero la gente está generalmente tan hundida en la ignorancia, que no se da cuenta de su propio estado moral o intelectual, ni de los secretos del karma. Podría salvarse con sólo inspirarse en el ejemplo de los grandes. Por eso es que el sabio (jñani) tiene que ocuparse en alguna actividad; tiene que desechar la pereza y el engaño que caracteriza a los hombres comunes. Así es que todos tienen que obedecer la regla del karma, sin desviarse de ella en manera alguna." ¿Acaso el aeroplano se mantiene allá arriba rechazando a la tierra que dejó acá abajo? Quienes han obtenido el derecho de viajar en él, ¡no pueden volar para abordarlo! Por eso el aparato, para recoger a sus pasajeros, tiene que descender al lugar donde estén reunidos, por un arreglo previo, y luego elevarse con ellos hacia el cielo. Así también, aunque el sabio (jñani) no tenga ningún deseo de practicar karma, desciende a la región del mismo karma y ayuda a quienes, de otra manera, no utilizarían apropiadamente su talento. Aun grandes personajes como Janaka llevaron a cabo karmas dhármicos (Acciones Rectas) con este propósito; Asvapathi también hizo lo mismo, para salvar a los demás de su propia ociosidad o maldad. Luego, en respuesta a otra pregunta de Arjuna, Krishna dijo: "El deseo es la causa básica de todo mal" y aquí abundó sobre su naturaleza, su causa y su curación. "Aquel que está limitado por la falsa idea de que sólo es un cuerpo y nada más, no podrá conquistar al karma; tiene que adquirir la conciencia de que es sólo Brahman (Dios) y nada menos. Todos los actos deben dedicarse al Señor. El Universo debe ser identificado con la Forma de Vishnu, el Trascendente Universal". En este capítulo, tres temas importantes han quedado aclarados: 1) Todos tienen que hacer el karma, pues si no fuera así, el mundo desaparece. 2) El karma de los grandes es el ideal al que los demás deben aspirar. 3) Casi todo en el mundo está sujeto a la obligación del karma. Krishna, de la manera más amena, hizo que Arjuna se empapara de estas enseñanzas y no satisfecho con eso, le dijo que el Conocimiento es la meta final y la recompensa del karma; el tesoro que se obtiene a través de los esfuerzos del hombre para purificar su mente y obtener la Gracia de Dios. El Conocimiento no tan sólo otorga Bienaventuranza sino que es en sí mismo el asiento de la Bienaventuranza. Así fue como lo inició en el Sendero del Conocimiento. Con este tema continúa hasta el quinto capítulo. El Yoga del Conocimiento brilla como una preciosa joya entre las demás enseñanzas del Bhagavad Gita. Krishna declaró: "No se éonoce aquí nada tan sagrado como el Conocimiento (Jñana)". Y más adelante, en el séptimo capítulo, añade: "Yo considero que el sabio, conocedor de Dios es como Yo mismo". La excelencia del Yoga del Conocimiento ha sido señalada en forma similar en muchos otros pasajes del Gita. Por eso es que el Yoga del Conocimiento se considera la más fructífera de las prácticas espirituales. Todos los Sastras (Códigos Morales) encuentran su plena realización sólo en el Conocimiento. La meditación (dhyana) es sólo la contemplación de la propia forma del Conocimiento (jñanasvarupa), que es la verdadera naturaleza del ser. Todos están en ti y tú estás en todos. Tienes que fijar esta convicción en tu conciencia, mediante análisis, discernimiento y exploración intelectual. Tienes que aislar y desechar de la conciencia las impresiones de los sentidos, la mente y la inteligencia, pues no tienen nada que hacer con el Atma, que es lo que tú en realidad eres. El Atma no puede verse afectada por ningún sujeto u objeto. Aun si los sentidos, la mente y la inteligencia permanecen inactivos, esa inactividad ¡no afectará al Atma! Conocer al Atma como una entidad tal, invulnerable e independiente, es el secreto del Conocimiento. Cada acto que ejecutes debe tener este Conocimiento como trasfondo. Esa conciencia del Atma te guiará en dos direcciones: al interior y al exterior; al sendero centrífugo (pravritti marga) y al sendero centrípeto (nivritti marga) y no se opondrá a la acción sino que la llenará de significado y propósitos; acrecentará la fe y la moralidad y llevará al hombre al reino de la salvación por el camino del karma sin deseo (niskhama karma), de la renuncia al fruto de la acción pero no a la acción misma. El Conocimiento es el camino directo para lograr la Liberación. Por tanto, se dice que es incomparablemente sagrado y, naturalmente, de esto se infiere que la ignorancia es, sin duda, lo más despreciable. "Ve lo universal en lo particular y lo particular en lo universal; ésa es la esencia del Conocimiento", dijo Krishna. "Todos los campos de actividad (kshethras) reconocen un solo lugar como el principio consciente. Y ¿cuál es? El Atma, es decir, ¡tú mismo, tu propio ser! Aprende esto y te volverás un sabio (jñani). Así que date cuenta de que el Alma es el Alma Suprema (Paramatma); es la forma de conocer" (vijñana). Krishna, que es Omnisciente, empezó a enseñar este Yoga a Arjuna con el fin de disipar cualquier duda de su mente. "¡Arjuna! Yo enseñé este sagrado Yoga del Conocimiento a Surya (el Dios del Sol, padre del tiempo). Después fue pasando de una generación a otra hasta llegar a Manú (un Señor del Universo) y a Ikshwaku (hijo de Manú) y de éstos lo aprendieron los sabios reales (rajarshis). Luego se perdió para desgracia del mundo. Ese Yoga, por siempre existente, tenía que restituirse al mundo, y por eso tuve que venir." ¡No dejarán de notar la discrepancia entre ta descripción del Yoga como algo que siempre ha existido y la declaración de que se había perdido! Por supuesto, la aseveración no se hizo sin pensar. ¡Decir que lo indestructible fue destruido! Se llama indestructible (avyaya) por dos razones. Su origen está en los Vedas, que están exentos de deterioro. Su consecuencia es la Liberación (Moksha) que también está libre de deterioro. Este Yoga, debido al paso del tiempo, al descuido y al desuso fue olvidado. Es decir, desapareció, se perdió de vista, declinó. La expresión anterior significa eso exactamente. Traerlo a la vida significa volver a usarlo, ¡no crearlo desde un principio! "Perdido de vista" es el sentido en que la palabra "destruido" suele usarse de una manera general. Así es cómo debe interpretarse, pues el Señor nunca idearía una cosa susceptible de ser destruida. La mención de Surya también merece consideración. Los moradores de la India (Bharat) están vinculados estrechamente con el Sol como deidad. Los héroes de Bharat (la tierra que tiene apego al Señor), los guerreros, desde un principio sintieron inclinación por Surya. Y aun para hombres y mujeres comunes, Surya (el Sol) es tan sagrado que ha sido elevado a la categoría de gran gurú (maestro espiritual). Las Escrituras Sagradas y leyendas de la India no han atribuido a ninguna deidad una jerarquía de tal altura. Es una categoría altísima la que ocupa Surya, pues para todo el mundo el Sol es la manifestación visible del Señor. Y el Sol es la medida del tiempo. Surya es el Padre del Tiempo (Kala), como lo declaran los Sastras. El Sol marca y regula el número de años que cada uno vive; el Sol resta cada día una fracción de tiempo a la porción que nos fue asignada. De manera que el Sol es el árbitro supremo, el forjador del destino del hombre. Querámoslo o no, cada acto nuestro se ejecuta bajo Sus auspicios y a El va dedicado. Sobre todo, ¡consideren el servicio que el Sol brinda al mundo! Eso forma parte de la experiencia diaria de cada uno y todos son testigos de ello. El Sol es la fuente de toda vida, vegetal o animal, que aliente en este planeta que, sin sus rayos, sería un desierto desolado. El hace que se evaporen las aguas de los mares y de los lagos, para formar las nubes que después se precipitan en forma de lluvia sobre las siembras. El es el dios del deber (dharmadevatha) que disemina Sus rayos según corresponde a cada uno. Surya es el gran renunciante, nunca igualado en su renuncia. Es el gran yogui que no piensa ni un segundo en su propia gloria o reposo; cumple con su deber sin preocuparse de la recompensa. Es humilde y constante en su trabajo. El servicio que rinde es algo que nadie más podría hacer. La felicidad que confiere es algo que nadie más podría conferir. Pero no espera reconocimiento alguno. Se desplaza por las alturas sin ocuparse de las consecuencias de su vigorosa y benéfica misión. Imaginen la paciencia con la que el Sol soporta todo ese calor extremo, por el bien del mundo y de la humanidad. El es quien mantiene tibio y cómodo al cuerpo humano. Este cuerpo material está lleno de energía y de inteligencia gracias a esa energía solar que absorbe. Si el Sol se quedara ocioso por un momento, el mundo se consumiría en llamas. En cambio, el está nutriendo constantemente al mundo en la forma conveniente. Lo considera como su misión, como su objetivo y no como su servicio. Sólo en el karma, que es la naturaleza misma de ustedes, podrán encontrar fortaleza, pero si lo toman como un deber impuesto tendrán dificultad para soportar los problemas y las fatigas que se le presenten. El karma impuesto se llama asahajakarma, y el karma que es la expresión del propio ser auténtico es sahajakarma. Ahora bien, el sahajakarma (expresión del propio ser) será liviano y el asahajakarma (impuesto) siempre será una carga. El asahajakarma inducirá al orgullo, o al sentimiento de que "yo soy el hacedor"; y su resultado será el agotamiento o el júbilo, el disgusto o el orgullo. Piensen en esto: cuando un hombre está sano nadie inquiere por su salud. Pero si es atacado por la enfermedad o por una pena, entonces querrán saber el porqué de su mal y ansiosamente lo bombardearán con preguntas. ¿Por qué esta ansiedad? Porque el hombre debería estar fundamentalmente feliz y sano. Su naturaleza es la alegría; ésa es su propia condición natural (sahajasvabhava). De ahí que cuando está feliz y saludable, nadie se sorprenda ni se preocupe. En cambio, el pesar y el sufrimiento son extraños a su naturaleza; son la consecuencia de algún error que cometió y que ha avasallado su naturaleza. Por eso la gente se preocupa y quiere saber cómo cayó en tal error. El Sol nos está enseñando que cuando se es uno mismo, no hay ni agotamiento ni júbilo ni enfado ni orgullo. La tarea de Surya no es algo que le haya sido impuesto desde afuera y que haya aceptado por compulsión. Por eso es que la lleva a cabo sistemática y rítmicamente. El también está exhortando así a la humanidad a usar plena y fructíferamente el tiempo que marca y asigna, no sólo para vivir cómodamente y con seguridad, sino para vivir una vida moral y elevada, digna del destino del hombre. Ahora pueden darse cuenta de por qué el Señor enseñó el Gita primero al Sol. Porque es el gran karmayogui, el gran yogui de la acción que no busca ni desea sus frutos. Krishna enseña ahora este indestructible Gita a Arjuna, el representante del hombre en la encrucijada de la vida; y lo escogió a él porque tiene las mismas excelencias que el Sol ¿no es así? Reflexionen sobre esto por un momento. Si Arjuna no fuese un receptáculo lleno de tales virtudes y esplendor, Krishna no hubiera decidido utilizarlo para recibir las enseñanzas del Gita. El Señor no hace dádivas a los que no las merecen. Arjuna tenía las cualidades que se necesitaban para recibir esa enseñanza, y por eso fue escogido.

TV SAI Latinoamérica 07.06.2021

Om SAI Ram SRI SATHYA SAI TV SAI ARGENTINA OM TAT SAT SRIMAD DEVI BHAGAVATAM... LIBRO I - CANTO XVIII CANTO XVIII Sûta dijo: - ¡Maharsis! Cuando el rey Janaka escuchó de la llegada de Suka deva, el hijo de su Guru, tomó a su sacerdote ante él y acompañado por sus ministros compareció ante él en espíritu puro. Luego debidamente adoró a Suka, ofreciéndole Pâdya, Arghya y un excelente asiento, y una vaca, llena de leche y entonces preguntó por su bienestar. Suka Deva aceptó debidamente todas las cosas ofrecidas por el rey; y le informó de su bienestar y le preguntó al rey en devolución por su bienestar y tomó su asiento en calma sobre el Âsana. El rey Janaka preguntó al hijo de Vyâsa, lleno de paz: - ¡Oh Mahâbhâga Muni Sattama! Tú eres libre de cualquier apego y no tienes deseos. Puedo inquirir porqué una persona honorable como tú ha venido a mí. Suka Deva dijo: - ¡Oh gran rey! mi padre me dijo así: - Oh niño; toma una esposa; porque la vida del amo de casa es el mejor de todos los âs´ramas pero yo pensé eso será la fuente de mi atadura a este mundo y por lo tanto no obedecí su palabra, a pesar de que era mi más alto Guru. Nuevamente me dijo: - Si se toma una vida hogareña, no se sigue inmediatamente que se será tenido en atadura; sin embargo no estuve de acuerdo con eso. Entonces el Muni, pensándome todavía en duda, me dijo esta palabra de consejo: - ¡Oh hijo! No te lamentes; ve a Mithilâ y ten tus dudas resueltas. Allí mi discípulo el rey Janaka, está gobernando su reino sin fuente de peligro alguno. Él es Jivanmukta (liberado en vida) y está libre de las ideas de cuerpo, etc., lo saben todos. Cuando aquel sabio real, Janaka, si bien gobernando su reino, no está enredado en Mâyâ, entonces ¡Oh hijo! porqué tienes miedo de Samsâra, cuando estás viviendo esta vida de bosque. Por lo tanto, ¡Oh Mahâbhâga! Confía en mí y cásate; y en caso de que dudes mucho, ve y visita al rey Janaka; pregúntale y erradica tus dudas. Él ciertamente resolverá tus dudas. ¡Pero, Oh Hijo! Después de escucharlo, vuelve rápidamente a mí. ¡Oh rey! Cuando mi padre dijo esto, con su permiso he venido ahora a tu capital. ¡Oh rey! No quiero nada, salvo Moksa (liberación); por lo tanto ¡Oh Libre de pecado! Amablemente aconséjame qué he de hacer, para que obtenga Moksa. ¡Oh Señor de los reyes! Practicar ascetismo, ir a los lugares santos de peregrinaje, mantener vratas (votos), realizar sacrificios, estudiar los Vedas, o ganar sabiduría, cuál sea la causa de Moksa, amablemente di eso. Escuchando esto, Janaka dijo;- ¡Oh hijo de mi Guru! Te digo lo que debe ser hecho por los Brâhmanas que siguen el camino de Moksa; escucha. Después de tener el cordón sagrado, un Brâhmin debería vivir en la casa de su Guru para estudiar los Vedas, los Vedântas y pagar el Dakshinâ (los honorarios) al Guru de acuerdo a las reglas; luego retornará a su hogar y se casará y entrará en la vida del amos de casa; debería vivir una vida de contento, ser libre de deseos, sin pecado y honesto y ganar su sustento con un corazón puro y de acuerdo a la sanción de justicia y consciencia. Ha de realizar el Agnihotra y otros sacrificios; y después de tener hijos y nietos, ha de dejar a su esposa al cuidado de su hijo y entonces de tomar la vida de un Vânaprastha (3er. estadío de vida). Aquel Brâhman, el conocedor del Dharma, debe practicar tapasyâ y convertirse en amo de sus seis pasiones (enemigos); y cuándo se disgusta con el mundo y cuando el Vairâgyam (falta de pasión) surge en él, él entrará en el cuarto Âs´rama. Porque, el hombre ha de entrar primero en la vida del amo de casa; y cuando está falto de pasión hacia el mundo, tendrá el derecho de tomar el Âs´rama de Sannyâsa (Renunciación). Un curso contrario a este nunca puede conferirle a alguien el derecho al Âs`rama de Sanyâsa. Esta es la palabra beneficiosa de los Vedas y debe ser verdadera, no puede ser falsa; esta es mi firme creencia. ¡Oh Suka! En los Vedas se mencionan cuarenta y ocho Samskâras (consagraciones; ritos purificatorios); de los cuales los Mahâtmas eruditos han reservado cuarenta Samskâras para los amos de casa y los últimos ocho Samskâras (Sama, Dama, etc.) paras los Sannyâsisns. Y este buen uso se escucha que ha venido de tiempos muy antiguos. Un Brâhmana ha de cumplir sus Âs´ramas previos exitosamente y entonces entrar en el próximo Âs`rama. (1-22) Suka dijo: - ¿Si el puro Vairâgyam (falta de pasión) que surge de conocimiento y sabiduría (jñân y Vijñân) ya surge (antes de tomar el grihastha Âs`ram), es todavía necesario pasar a través de la vida de amo de casa, la vida Vânaprastha, etc. , o se tiene derecho a asumir enseguida el Sannyâsa Âs´rama, dejar todo y residir en el bosque? Janaka dijo: - ¡Oh! ¡Aquel que da honor a los Sâstras y Gurus! A pesar de que las poderosas pasiones parecen estar bajo control en el período del Yoga inmaduro (el estado yogico imperfecto), no se debe confiar en ellas; porque, es generalmente visto, muchos Yogins imperfectos se encuentran a sí mismos perturbados por uno u otro de los sentidos. ¿Si la mente de uno que ya ha entrado en le Sannyâsa Asram se perturba en su curso, entonces, cómo puede, puedes ver esto por ti mismo, satisfacer deseos de comer buenas cosas, dormir bien, ver a su hijo, o querer otros deseos, sabiendo que lo llevan a su degradación? Está entonces en un estado muy serio. La red de deseos es muy difícil de ser conquistada por los hombres; nunca pueden exterminarse. Por lo tanto, para ponerles fin, el consejo es cortarlas lentamente y lentamente. Aquel que duerme en un lugar elevado corre el peligro de caerse; pero alguien que duerme en un lugar bajo no corre tal peligro. Así que cualquier hombre que ha una vez tomado el más alto Dharma Sannyâsa, y se cayera, nunca conseguiría tomar el camino verdadero. Cómo una hormiga empieza a caminar desde la raíz del árbol y, de a poco, llega a la parte superior de las ramas, así los seres humanos van por grados de un Âs´rama a otro hasta que llegan al más alto; entonces y sólo entonces son capaces de conseguir fácilmente la verdad deseada. Las aves sin anticipar peligro alguno, suben a los cielos muy rápidamente y pronto se cansan y no pueden ir al lugar que desean pero la hormiga va con calma a su lugar deseado. Esta mente es muy difícil de controlar; por esta razón los hombres de mentes inmaduras, no pueden conquistarla completamente de una sola vez; y se les aconseja conquistarla, de a poco observando las reglas de un Asrama después del otro. (23-30) Observa también que si cualquiera que se mantiene en su vida de amo de casa es de temperamento quieto y de buen intelecto, y si recibe a éxito y fracaso en la misma luz, y no se exalta en tiempos de placer y no se deprime en tiempos de dolores y hace su deber por el deber mismo sin atormentar su mente con preocupaciones, y ansiedades, entonces ese amo de casa adquiere felicidad pura por la realización de su ser y adquiere Moksha. No hay ningún tipo de duda en esto. ¡Oh Libre de Pecado! Mira, yo estoy liberado en vida, si bien estoy ocupado preservando mi reino; si alguna fuente de dolor o placer surge, yo no soy afectado por ellos de ninguna manera. Cómo obtendré finalmente Videha Mukti (liberación de los cuerpos) a pesar de que siempre estoy deambulando a mi libre voluntad, disfrutando diversas cosas como me gusta o hago diversas cosas como me place, así tu puedes hacer tus deberes y ser liberado al final. ¡Oh hijo de mi Guru! ¿Cuándo este mundo material, la causa de todo error de acuerdo a los Vedânta Sâstras, es simplemente un objeto de la vista, entonces cómo puede esta substancia material, un objeto de la vista, ser la fuente de la atadura para el Âtman, el Ser? ¡Oh Brâhman! A pesar de que los cinco elementos materiales pueden ser vistos, sus cualidades o Gunas pueden ser conocidas sólo por inferencia, así el ser es de ser inferido; nunca puede ser un objeto de la vista; y también este ser, conocido por inferencia, sin cambio y sin impureza o mancha alguna nunca puede ser atado por esta cosa visible, cambiante y material. ¡Oh Brâhman! ¡Este corazón impuro es la fuente de placeres y dolores; así que cuando el corazón se vuelve puro y quieto, todas las cosas se vuelven completamente puras, Oh Brâhmana! (31-37.) Si ir una y otra vez a Tiraths y bañarse allí, no hace el propio corazón puro y sagrado, entonces todas las molestias de uno son tomadas en vano. ¡Oh Destructor de los enemigos! Es la mente la que es la causa de atadura o libertad; y no el cuerpo, ni el Jivâtmâ (el alma encarnada), ni los sentidos. El Ser o Âtman es siempre consciencia pura y es siempre libre; así que, honestamente hablando, nunca puede ser atado. Atadura o libertad residen sólo en la mente; así que cuando la mente obtiene paz, la atadura Samsâra también llega a su final. Él es un enemigo, él es un amigo, él no es ni un enemigo ni un amigo, todos estos dferentes pensamientos residen en la mente y surgen de la dualidad; ¿cómo pueden las ideas de diferencias existir, cuándo todo se ha vuelto todo a uno permeante ser? (38-41.) Jîva es Brahma; yo soy aquel Brahma y nada más; no hay nada a ser discutido aquí. Es debido a las dualidades que el monismo aparece no claro y surgen diferencias entre Jîva y Brahma. ¡Oh Mahâbhâga! Esta diferencia se debe a Avidyâ y aquel por lo cuál esta diferencia desaparece, eso es llamado Vidyâ. Esta diferencia entre Vidyâ y Avidyâ debe siempre ser mantenida en vista, por aquellos que son inteligentes. ¿Cómo puede el placer del efecto refrescante de la sombra, ser sentido, si el efecto caluroso del Sol no es experimentado previamente? ¿Así que cómo es Vidyâ de ser experimentado si Avidyâ no es sentido antes? Sattva, Rajo y Tamo Gunas residen naturalmente en las cosas, hechas de Gunas; y los cinco elementos principales residen naturalmente en substancias compuestas de elementos; así los sentidos residen naturalmente en sus propias formas, etc. ; ¿Así que cómo puede haber mancha alguna para el Âtman que es desapegado? Sin embargo para enseñar a la humanidad, las personas de altas almas preservan siempre con el mayor cuidado el respeto a los Vedas. Si no hacen esto, ¡Oh Libre de Pecado! las personas ignorantes actuarían sin ley de acuerdo a sus deseos, como los Chârvâkas; y el Dharma se extinguirá. Cuando el Dharma se extinga, el Varnâsrama gradualmente morirá, así que aquellos que desean el bien deberían siempre seguir el camino de los Vedas. (42-47.) Suka dijo: ¡Oh Rey! He escuchado ahora todo lo que has dicho; sin embargo mi duda se mantiene; no está resuelta. ¡Oh Rey! En el Dharma de los Vedas, está Himsa (acto de matar o dañar), y escuchamos que hay mucho Adharma (pecado) en el Himsâ anterior. ¿Entonces cómo puede el Dharma de los Vedas dar Moksha? ¡Oh Rey! Se puede ver con los propios ojos que el beber de Soma rasa, el matar de animales, el comer de pescado y carne son aconsejados en los Vedas; tanto así que en la ceremonia sacrificial de Sautrâmana la regla de beber vino y muchos otros vratas son claramente mencionados; incluso el juego es aconsejado en los Vedas. ¿Así que cómo puede Mukti ser obtenido al seguir el Veda Dharma? Es escuchado que, en tiempos antiguos, hubo un gran rey, llamado Sas’avindu, muy religioso, honesto, que llevaba a cabo sacrificios, muy liberal; protegía a los virtuosos, y castigaba a aquellos que eran malvados y perdían el rumbo. Realizó muchos Yajñas, en los cuales muchas vacas y ovejas eran sacrificadas de acuerdo a las reglas de los Vedas y abundantes Dakshinâs (pagos sacrificiales) eran dados a todos los que realizaban sus partes en los sacrificios. En estos sacrificios, las pieles de las vacas que eran sacrificadas como víctimas fueron amontonadas en tanta cantidad que parecían una segunda montaña Bidhyâchal. Entonces las lluvias cayeron y el agua sucia que salía de ese enorme montón de pieles fluyó y dio nacimiento a un río que fue llamado entonces el río Charmanvatî. ¿Y qué maravilla? Aquel cruel rey dejó tras suyo una fama incomparable y fue a los Cielos. Sea lo que sea, nunca puede llegar a mi cabeza que debería llevar a cabo el Veda Dharma, lleno de tantos actos de matanza y crueldades. A su vez, cuándo los hombres encuentran placer en las relaciones sexuales y cuando no tiene esas relaciones sexuales, experimentan dolor, cómo esperar que tales personas obtengan la liberación. (48-56) Janaka dijo: - El matar de animales en una ceremonia sacrificial no es matar; es conocido como Ahimsâ; porque ese himsâ no es para ningún apego egoísta; por lo tanto cuando no hay tal sacrificio y los animales son matados por apego egoísta, entonces eso es verdadero himsâ; no hay otra opinión en esto. El humo surge de un fuego cuando combustibles son colocados en él; y el humo no es visto cuando ningún combustible es agregado. Así que, ¡Oh Munisattama! El himsâ, como es prescrito en los Vedas, es libre de todas las manchas, apego egoísta, etc., y por lo tanto es imposible de culpar. Así que se sigue que el himsâ cometido por personas apegadas a los objetos, es el verdadero himsâ; eso puede ser culpado, pero el himsâ de las personas que no tienen deseos no es ese tipo de himsâ. Por lo tanto los hombres educados que conocen los Vedas declaran que el himsâ hecho por personas desapasionadas, con sus corazones libres de egoísmo, no es himsâ hecho para nada. ¡Oh Dvija! Realmente hablando, el matar de animales hecho por el amo de casa apegado a los sentidos y sus objetos, y hecho bajo sus impulsos puede ser tomado en cuenta como un verdadero acto de matanza; pero, ¡Oh Mahâbhâga! de aquellos cuyos corazones no están apegados a nada, de aquellas personas auto-controladas, deseosas de moksa, si hacen un acto de Himsâ por un sentido del deber, sin deseos de frutos y con sus corazones llenos de egoísmo, eso nuca puede ser reconocido como un verdadero acto de matanza. (57-61) Así termina el 18. Canto del 1er. Skandha sobre el dar instrucciones sobre la verdad de Janaka a Suka Deva en el Mahâpurânam Srimad Devî Bhâgavatam.

TV SAI Latinoamérica 25.05.2021

Om SAI Ram SRI SATHYA SAI TV SAI ARGENTINA LEYES DE MANÚ PRIMERA PARTE - CREACIÓN... LIBRO CUARTO MEDIOS DE SUBSISTENCIA: PRECEPTOS 1.

TV SAI Latinoamérica 16.05.2021

Om SAI Ram SRI SATHYA SAI TV SAI ARGENTINA LA HISTORIA DE RAMA RAMAKATHA I... 13. EN EL EXILIO Miles se habían congregado frente al palacio. Su dolor era inconmensurable. Mientras tanto, el ministro había encontrado en el suelo al emperador, inconsciente. Lo animó para que se sentara y lo mantuvo en esa posición. Le comunicó que Sita, Rama y Lakshmana habían venido para hablar con él. Rama ya había estado junto a su padre reconfortándolo con palabras de amor. Cuando Dasarata vio a Sita y a Lakshmana, su dolor ya no tuvo límites. Abrazó a Rama con las fuerzas que le restaban y volvió a desmayarse. La angustia le cerraba la garganta y presionó su pecho con las manos tratando de arrancarse aquella pena. Sita y Lakshmana no podían seguir viendo cómo sufría. Lakshmana descubrió a Kaikeyi, que estaba cerca y tenía en el rostro una expresión de autoridad; sus ojos se enrojecieron de rabia y lanzaban dagas contra ella, como si quisiera matarla allí mismo, pero pronto controló su furia y calmó sus emociones al observar la serena calma en el rostro de Rama. En ese momento Kaikeyi dijo: "Rama, estás hundiendo a tu padre en una pena mayor. Cuanto antes te marches, más pronto tu padre recuperará la tranquilidad. No retrases tu salida por más tiempo. Inclínate ante tu padre y vete". Estas palabras tan exentas de la más elemental bondad, parecían hechas para partir el corazón de Dasarata, quien repentinamente gritó: "¡Mujer endemoniada, espíritu maligno, cuán duras e inflexibles son tus palabras!", y con esta exclamación se desmayó nuevamente. En ese mismo instante, Sita, Rama y Lakshmana se hincaron ante él. Rama exclamó: "Padre, bendícenos y danos tu venia para salir. Es tiempo para regocijarnos, no para estar tristes. El afecto excesivo (leva infamia detrás de él". Rama le rogó que tuviera valor y abandonara esa ilusión engañosa que lo obligaba a rebajarse de esa manera. Estrechó los pies de su padre y luego, de rodillas, lo acarició y consoló. Dasarata miró de lleno a su adorado hijo. Se enderezó con gran dificultad y, sosteniendo entre las suyas las manos de Rama, dijo: "¡Amado hijo mío!, escucha: tú eres poseedor del autocontrol y del discernimiento. Tú sabes lo que está bien; por eso es justo que tú solo hagas lo que está bien, pero no es correcto que una persona haga el mal y otra tenga que sufrir las consecuencias, ¿no es verdad? El juego del destino es algo impredecible, es un enigma". Cariñosamente, el emperador fue uniendo argumento tras argumento para disuadir a Rama de emprender el viaje al exilio. Conocía bien a su hijo y sabía que era un maestro y firme seguidor de los códigos de moral. Sabía que Rama era experto en sopesar sus actos y, en consecuencia, no temía los resultados de sus decisiones. Dasarata leyó en la expresión del rostro de Rama, de pie frente a él, que había ido con el firme propósito de despedirse para emprender el camino al exilio. Luego vio a Sita, también frente a él, y le indicó que se acercara; cuando ella se puso de rodillas, suavemente le acarició el cabello, explicándole las dificultades que encontraría para vivir en la selva. Le dijo que para ella lo mejor sería quedarse, ya con sus suegros o en la casa de sus propios padres. Sus palabras salían entrecortadas por los gemidos que le provocaba su insoportable pena. Cuando su mirada caía sobre Kaikeyi, sus dientes rechinaban de rabia, y todo el tiempo se atormentaba, incapaz de dominar su dolor. Sita se postró a sus pies y le dijo: "Venerable suegro, mi mente anhela únicamente servir a Rama. Esa buena fortuna sólo la podré tener plenamente en el bosque; no puedo permanecer aquí y perder esta preciosa oportunidad. El servicio prestado a los padres o a los suegros no puede dar a la esposa la misma satisfacción de auténtica realización que el servicio dado al esposo. No hay gozo o felicidad mayor ni más alta que ésa. No te opongas ni me presentes argumentos para no salir. Dame tu bendición y déjame ir con Ramachandra. Dasarata comprendía y apreciaba muy bien los anhelos de Sita. Elogiaba sus virtudes con verdadero entusiasmo, poniéndola como ejemplo para Kaikeyi, quien se encontraba parada frente a él. Entretanto, las esposas de los ministros y las de los preceptores reales, que se encontraban en e! salón reunidas alrededor de Sita, a su vez le hablaban sobre las dificultades de la vida en la selva. La esposa del preceptor de la corte probó un ardid más inteligente para disuadirla. Dijo: "Sita, a ti no se te ha pedido salir para internarte en la selva. Es tu obligación permanecer aquí para reconfortar a los padres de tu esposo, que están sumidos en la tristeza. Tú eres la mitad de Rama, ¿no es así? Entonces, esta mitad debe quedarse para aliviar el dolor que la partida de la otra mitad les causa. Además, siendo tú la mitad del hijo primogénito, heredero al trono, tienes el derecho de gobernar sobre el imperio. Si Rama se va a la selva para vivir allá a fin de hacer cumplir la palabra de su padre, quédate tú para reinar manteniendo en alto el nombre de Rama y llenar de alegría a sus padres. Como esposa de Rama, éste es el paso correcto que debes dar, es tu legítimo deber". Estas palabras fueron pronunciadas con suave voz, como los susurros de la luna de otoño en los oídos de las aves chakravaka, pero hicieron que Sita se pusiera triste. Quedó tan asustada, que ninguna respuesta pudo salir de sus labios. Entretanto, Kaikeyi había conseguido ropa hecha de fibras y rosarios de tulsi; se los mostró a Rama y dijo: "El emperador te quiere tanto como a su propia vida. Siendo así, está atrayendo sobre sí eterno descrédito al no querer dejarte ir. Su afecto por ti está nublando la rectitud de su conducta. No quiere pronunciar las palabras: vete al bosque bajo ninguna circunstancia. Es inútil esperar que dé su consentimiento. Decide tú cuáles serán tus pasos: ¿Estás cortejando a la infamia y el deshonor permaneciendo aquí para reinar sobre el imperio? ¿Te vas a la selva para la eterna gloria de la dinastía de los Ikshvaku? ¡Decídete y actúa!" Rama se alegró de que ella hablara así, pero esas palabras penetraron el corazón de Dasarata como agudos clavos hundidos a golpes de martillo. "¡Dios mío, qué cruel es mi destino! ¡Que pueda seguir viviendo después de escuchar tan duras palabras!", exclamó, y rodó por el suelo sin sentido. Cuando recobró la conciencia, recordó las palabras que había oído y volvió a desmayarse. Rama no pudo soportar ver a su padre en tal impotencia. Sintió que debía aceptar la sugerencia de Kaikeyi e irse, pues cuanto antes saliera, tanto mejor sería para todos. Recibió la túnica de fibras vegetales que su madrastra había traído y, envolviéndose en una de ellas, dio otra a Sita. Desconcertada, Sita estaba de pie con la ropa en las manos, la cabeza baja, avergonzada, pues no sabía cómo ponerse aquello. Era una prenda demasiado corta. Rama, que ya se había puesto su túnica, se acercó y le habló en voz baja. Ella estaba apenada por no saber cómo usar el traje de cortezas que las mujeres ermitañas vestían con tanta elegancia. Comentó en un susurro: "Es que esto no es como lo que acostumbramos; es demasiado corto y estrecho". Rama la consoló y, dándole valor, la llevó aparte y le dijo que podía usarse "de esta manera" y, diciéndolo, le enrolló la prenda él mismo. Al ver eso, las mujeres de los ermitaños y otras mujeres derramaron lágrimas de compasión. En ese momento llegó Vasishta, el preceptor real y, atónito, se dio cuenta, a primera vista, de la situación. Se indignó contra la reina Kaikeyi. Declaró que Sita no necesitaba usar aquella ropa. Afirmó que Kaikeyi había pedido dos favores que se le habían concedido, pero únicamente dos: que Bharata fuera coronado y Rama desterrado, y que Sita podía ir al bosque con todos los ornamentos reales y lo necesario para poder tener allá una estancia cómoda. Al oír esto, Rama desenrolló la burda tela que le había puesto sobre el vestido, pero Sita se adelantó y se postró a los pies del sabio, diciéndole: "Maestro, está claro que si llevo esa vestimenta no es por deseo de la madre Kaikeyi. ¿No puedo yo imitar a mi señor? ¿Sería apropiado para mí, me beneficiaría en algo, si en la selva viviera cubierta de joyas y ricos atavíos, mientras mi señor va cubierto con el sayal de ermitaño? Sería extremadamente absurdo que una esposa respetuosa adoptara esa actitud, ¿no es verdad? Por eso te ruego que me permitas llevar esta ropa para que pueda yo cumplir con mi deber siguiendo el código de conducta". El firme respeto a las reglas de la rectitud que Sita mostraba con esas palabras conmovió al gran sabio hasta las lágrimas. La tristeza hizo que su voz tartamudeara al decir: "¡Sita, esta manera de pensar viene de ti con toda naturalidad, puesto que eres la personificación de la virtud! Pero como reyes y gobernantes que somos, tenemos que respetar ciertos principios, y eso vale para ti y otras personas. Al cerebro torcido y malvado de tu madre política es necesario que se le den algunos consejos y advertencias. De hecho, hoy tu esposo debió haber sido coronado emperador. Y aunque ese hecho no se realizó, debido a las circunstancias, las cuales incluyen promesas hechas hace mucho tiempo, debo decir que va contra la justicia política el que Bharata sea coronado. Sólo el hijo primogénito tiene derecho al trono; nadie más. Si él, por alguna razón, abandona el derecho por su propia voluntad, como ahora lo ha hecho Rama, tú, como la otra mitad de su persona, tienes el derecho de recibir esa investidura. No hay tercero al que le corresponda". Cuando Vasishta exponía las reglas de la moralidad política, Kaikeyi se vio visiblemente afectada por el temor, pero no dejó de percibir el hecho de que Sita no deseaba ejercer autoridad legal ni poder. Por mucho que Vasishta insistía en hacerle ver sus derechos, Sita rehusaba prestar atención, lo que deseaba era tener la oportunidad de usar el vestido de ermitaño, prefiriéndolo a la ropa de esplendor imperial. La esposa del preceptor real sabía que Sita nunca se retractaría; así que ella y las otras tomaron el sayal y se lo enrollaron a Sita en el correcto estilo de ermitaño. Mientras tanto, Lakshmana vestía ya la misma ropa silvestre que llevaba Rama, quien había decidido que no había motivo para más tardanza. Los tres se postraron reverentemente ante Dasarata, quien. cayó inconsciente al verlos con su atuendo de ascetas. También se hincaron ante Kaikeyi, que se encontraba de pie allí. Se arrodillaron ante el sabio Vasishta y su consorte, y se encaminaron hacia la selva. Los ciudadanos de Ayodhya, que se habían congregado ante las puertas del palacio, los vieron pasar vestidos como ermitaños y rompieron en amargo llanto. Muchos de ellos se conmovieron de tal manera que cayeron inconscientes. Otros más golpeaban sus cabezas en plena desesperación. Rama se arrodilló una vez más ante el sabio Vasishta en los escalones de la puerta real y luego dirigió algunas palabras a la gente allí reunida para que conservara la ecuanimidad y mantuvieran en alto las virtudes; les dijo que no se preocuparan por el curso que los acontecimientos habían tomado, que él regresaría a Ayodhya cuando los catorce años hubieran transcurrido, y que la orden de exiliarse era sólo por el bien de ellos, el suyo propio y del mundo entero. Después repartió generosamente beneficios para los pobres; regaló casas y oro, tierras y vacas a los sacerdotes para que pudieran llevar a cabo sus rituales de adoración y sacrificio sin restricciones. Le rogó al sabio que hiciera arreglos para que los sacrificios védicos se efectuaran en las ocasiones apropiadas. Permaneció con las manos juntas ante él y dijo: "Santo, sabio y preceptor, para estas personas, para el pueblo y para mis padres, tú representas los verdaderos padres. Aconseja al emperador para que gobierne al pueblo como si fueran sus propios hijos". Cuando la gente escuchó esta súplica, repetida para que ellos la oyeran, se entristecieron y sintieron que su corazón se rompía. Algunos se golpearon el pecho lamentándose de haber perdido la fortuna de ser gobernados por un príncipe como ése. Algunos hasta se golpeaban la cabeza; otros, llorando a gritos se revolcaban en el suelo. Rama se dirigió nuevamente a la multitud, y con las manos juntas les dijo estas palabras: "Mi querido pueblo, ustedes son para mí tan queridos como mi propia vida. Nuestro emperador me ha enviado a la región de la selva para protegerla y cuidarla. No sientan animosidad contra él por ello. Respétenlo y recen por él en todo momento, obedezcan sus órdenes; hagan que sea feliz y ustedes mismos serán felices. El amor que sienten por mí no debe provocar que no lo quieran. Nunca le deseen mal alguno. Para mí sólo son queridos aquellos que hacen lo posible para que el emperador sea feliz cuando yo me haya marchado. Aquellos que hacen lo que a mí me gusta son verdaderamente mis devotos. Cumplan este deseo mío, honren estas palabras mías; háganme feliz. Querido pueblo mío, mi separación de mi madre, la reina Kausalya, naturalmente le causará un gran dolor. Toda madre en una situación como ésta sufre una agonía insoportable. Pero yo les ruego, ya que son personas inteligentes y llenas de bondad, que hagan lo que esté en su poder para aliviar el dolor de mi madre, para reconfortarla". Enseguida llamó al ministro Sumantra y le dijo: "Sumantra, ve ahora con nuestro padre, aconséjalo y serénalo. Esa es la tarea de la que tú te habrás de ocupara. Sumantra, sobrecogido por la pena, quedó en silencio, con las lágrimas mojando sus mejillas. Sin poder refrenar su dolor, sollozó y lloró abiertamente. Otros ministros que estaban alrededor de él, así como los ayudantes, trataron de devolverle la calma y el valor, pero también ellos estaban demasiado tristes para quedarse parados allí, así que entraron al palacio siguiendo las órdenes de Rama. Toda la ciudad estaba hundida en un mar de tristeza. Entretanto, Dasarata se recuperaba de su desvanecimiento y pudo estar consciente de lo que había sucedido. Lamentándose exclamaba: "¡Rama! ¡Rama!", tratando de levantarse. Pero, abrumado por la congoja, volvía a caer. Cuando finalmente logró ponerse de pie, trató de caminar, pero no pudo; se movía tambaleante de un lado a otro. En ese momento, Sumantra entró y trató de sostenerlo y consolarlo, pero con los fuertes arrebatos de angustia que surgían de su interior, ¿cómo iba a poder consolar a su señor? Sin embargo, recordaba la petición de Rama, así que venció el pesar que embargaba su corazón y se sentó al lado del emperador, aunque no podía contener sus propias lágrimas. Por largo rato fue incapaz de pronunciar palabra alguna. Dasarata abrió los ojos, vio a Sumantra a su lado y, exclamando con incontrolable pena el nombre de Rama, posó su cabeza en el regazo del viejo ministro, sollozando. Luego se enderezó y gimió: "¡Sumantra, Rama se ha ido a la selva y mi alma no ha abandonado este cuerpo! ¿Qué puede ganar mi vida permaneciendo en este cuerpo?" No obstante, luego, calmándose un poco, dijo: "Mira, apresúrate y sigue a Rama. Rápido toma un carro y síguelo. Mi nuera nunca podrá soportar los rayos del sol. Pronto tendrá ampollas en sus pies de pétalo de loto. ¡Ve, síguelos con el carruaje!" "Sumantra dijo Dasarata , mi Ramachandra es un héroe inquebrantable, no regresará, no dará paso atrás. Su resolución no puede ser impedida por nadie. Todos los esfuerzos que se hagan para obstaculizarlo serán inútiles, y nosotros solamente le causaríamos dificultades. Además, es un firme seguidor de la verdad. No te demores, pues aunque se necesita poco tiempo para alistar el carro, podrías perder su rastro. Mis súbditos no soportan ver a Rama caminar a lo largo del camino real de Ayodhya. ¡Ve, apresúrate!" El emperador le insistía en que se apurara: "Lleva en el carro alimento y algunas armas y entrégaselas. Ah, Sumantra, olvidaba decirte que le ruegues con toda tu alma para que los acepte; menciónale que yo te lo pedí. Dile que Sita debe recibir instrucciones para regresar a Ayodhya. Condúcelos en el carruaje, llévalos hacia la selva y ve con ellos por un trecho, pues si Sita se asusta y tú te dieras cuenta de ello, inmediatamente pídele a Rama que ordene que ella regrese y tú pídele a la tierna princesa de Mitila que retorne a Ayodhya, recordándole que ése también es mi deseo. Dile que si no se puede decidir a permanecer en Ayodhya, el emperador dará instrucciones para que ella vuelva a la casa de su padre". Dasarata repitió estas palabras varias veces y, agobiado por el pesar que le producían, por el recuerdo que ellas evocaban, perdió el conocimiento y cayó al suelo. Al reponerse exclamó fuera de sí, con gran preocupación: "¡Sumantra, no pierdas tiempo! ¡Trae a mi presencia a Rama, Lakshmana y a Sita para que los pueda ver! ¡Hazlo pronto y hazme feliz!..." Pero luego, tristemente recomendó a Sumantra: "Ve rápido, no demores, toma el carruaje y ve donde están; llévalos en el carruaje hasta donde puedan llegar. Posiblemente e! viaje tomará tres o cuatro días; al final de ese tiempo, déjalos que sigan a pie. Quédate allí observándolos hasta que los pierdas de vista, antes de que regreses para traerme las nuevas sobre su salud y seguridad. Ahora vete. Ya no te detengas aquí, ve". Inclinando la cabeza en señal de acatar las órdenes del emperador, Sumantra se postró a sus pies y alistó el carruaje. Alcanzó a Sita, Rama y Lakshmana en el camino por el que se alejaban de la ciudad y les dijo lo que el emperador le había dicho: que subieran al carruaje, y así los llevó hacia la selva.

TV SAI Latinoamérica 10.05.2021

Om SAI Ram SRI SATHYA SAI TV SAI ARGENTINA EL SRIMAD BHAGAVATAM Capítulo 16. Cómo Pariksit Recibió a la Era de Kali.... VERSO 1 Suta Gosvami dijo: ¡Oh, brahmanas eruditos!, Maharaja Pariksit comenzó entonces a gobernar el mundo como un gran devoto del Señor, bajo las instrucciones de los mejores de los brahmanas nacidos por segunda vez. Él gobernó con esas grandes cualidades que fueron predichas por expertos astrólogos en el momento en que nació. VERSO 2 El rey Pariksit se casó con la hija del rey Uttara, y engendró cuatro hijos, encabezados por Maharaja Janamejaya. VERSO 3 Maharaja Pariksit, después de haber elegido a Krpacarya para que lo guiara como maestro espiritual, ejecutó tres sacrificios de caballo en las riberas del Ganges. Éstos se realizaron con suficientes remuneraciones para los participantes. Y en esos sacrificios, hasta el hombre común podía ver a los semidioses. VERSO 4 Una vez, cuando Maharaja Pariksit, se dirigía a conquistar el mundo, vio al amo de Kali-yuga, quien era más bajo que un sudra, disfrazado de rey y lastimando las patas de una vaca y un toro. El Rey lo aprehendió de inmediato para imponerle el debido castigo. VERSO 5 Saunaka Rishi preguntó: ¿Por qué Maharaja Pariksit tan sólo lo castigó, si se trataba del más bajos de los sudras, quien se había vestido como un rey y había golpeado a una vaca con la pierna? Por favor, relata todos esos incidentes, si están relacionados con el Señor Krishna. VERSO 6 Los devotos del Señor están acostumbrados a lamer la miel que se obtiene de los pies de loto del Señor. ¿De qué sirven los temas que simplemente hacen que se desperdicie la valiosa vida de uno? VERSO 7 ¡Oh, Suta Gosvami!, entre los hombres existen aquellos que desean liberarse de la muerte y lograr la vida eterna. Ellos se escapan del proceso aniquilador llamando al controlador de la muerte, Yamaraja. VERSO 8 Mientras Yamaraja, que es quien causa la muerte a todo el mundo, esté aquí presente, nadie encontrará la muerte. Los grandes sabios han invitado al controlador de la muerte, Yamaraja, quien es el representante del Señor. Los seres vivientes que están bajo su control deben beneficiarse, oyendo el inmortal néctar en la forma de esta narración acerca de los pasatiempos trascendentales del Señor. VERSO 9 Los seres humanos perezosos y de escasa inteligencia y una vida de corta duración, pasan la noche durmiendo, y el día, realizando actividades que no sirven para nada. VERSO 10 Suta Gosvami dijo; Mientras Maharaja Pariksit residía en la capital del imperio Kuru, los signos de la era de Kali comenzaron a infiltrarse dentro de la jurisdicción de su Estado. Cuando él se enteró de ello, no consideró que el asunto fuera muy agradable. Sin embargo, esto le dio una oportunidad de pelear. Él tomó su arco y sus flechas, y se preparó para emprender actividades militares. VERSO 11 Maharaja Pariksit se sentó en una cuadriga tirada por caballos negros. Su bandera ostentaba el signo de un león. Adornado así y rodeado por aurigas, caballería, elefantes y soldados de infantería, salió de la capital a realizar conquistas en todas direcciones. VERSO 12 Maharaja Pariksit conquistó luego todas las regiones del planeta terrestre - Bhadrasva, Ketumala, Bharata, el Kuru del Norte, Kimpurusa, etc. - y les cobró tributos a sus respectivos gobernantes. VERSOS 13-15 Adondequiera que el Rey iba, oía hablar continuamente de las glorias de sus grandes antepasados, que eran todo devotos del Señor, y también de los gloriosos actos del Señor Krishna. Él también oía hablar de cómo él mismo había sido protegido por el Señor, del poderoso calor del arma de Asvatthama. La gente también hacía mención del gran afecto que había entre los descendientes de Vrsni y los de Prtha, debido a la gran devoción que estos últimos tenían por el Señor Kesava. El Rey, estando muy complacido con los cantores de esas glorias, abrió los ojos con gran satisfacción. Movido por la magnanimidad, tuvo el agrado de hacerles entrega de ropa y collares de mucho valor. VERSO 16 Maharaja Pariksit oyó decir que el Señor Krishna [Vishnu], quien es obedecido de un modo universal, les prestó por Su misericordia sin causa toda clase de servicios a los dóciles hijos de Pandu, aceptando puestos que iban desde auriga a presidente, mensajero, amigo, guardia nocturno, etc., conforme a la voluntad de los Pandavas, obedeciéndolos como un sirviente y ofreciéndoles reverencias como alguien de menor edad. Al oír esto, Maharaja Pariksit se inundó de devoción por los pies de loto del Señor. VERSO 17 Ahora podrán oír mi relato de lo que ocurrió mientras Maharaja Pariksit pasaba sus días oyendo hablar de las buenas ocupaciones de sus antepasados, y mientras se hallaba absorto en pensar en ellos. VERSO 18 La personalidad de los principios religiosos, Dharma, estaba deambulando en la forma de un toro. Y él se encontró a la personalidad de la Tierra en la forma de una vaca, la cual parecía estar tan afligida como una madre que ha pedido a su hijo. Ella tenía lágrimas en los ojos, y la belleza de su cuerpo se había perdido. Así pues, Dharma interrogó a la Tierra de la siguiente manera. VERSO 19 Dharma [en la forma de un toro] preguntó: Señora, ¿no se encuentra sana y fuerte? ¿Por qué la cubre la sombra de la angustia? Su cara indica que usted se ha ennegrecido. ¿Acaso está sufriendo de alguna enfermedad interna, o será que está pensando en algún pariente que se encuentra lejos, en un lugar distante? VERSO 20 He perdido tres patas, y ahora estoy erguido en una sola. ¿Se está usted lamentando por el estado de mi existencia? ¿O será que está muy angustiada porque de ahora en adelante los consumidores de carne ilegales la van a explotar? ¿O quizá se encuentra usted en una situación lamentable, porque ahora los semidioses están privados de su ración de las ofrendas de los sacrificios, debido a que actualmente éstos no se celebran? ¿O será que está usted afligida por los seres vivientes, a causa de los sufrimientos que a éstos les infligen el hambre y la sequía? VERSO 21 ¿Se está sintiendo compungida por las mujeres y niños infelices a los que personas inescrupulosas dejan abandonados? ¿O está infeliz porque a la diosa del conocimiento la están manipulando brahmanas adictos a actos contrarios a los principios de la religión? ¿O será que la aflige el ver que los brahmanas se han refugiado en familias administradoras que no respetan la cultura brahmínica? VERSO 22 Los supuestos administradores ahora están confundidos por la influencia de esta era de Kali, y por eso han puesto en desorden todos los asuntos del Estado. ¿Se lamenta usted por ese desorden? Ahora, la generalidad de la gente no sigue las reglas y regulaciones para comer, dormir, beber, aparearse, etc., y se inclina por realizarlo en cualquier parte. ¿Está usted infeliz por eso? VERSO 23 ¡Oh, Madre Tierra!, la Suprema Personalidad de Dios, Hari, se encarnó como el Señor Krishna, sólo para quitarle a usted su pesada carga. Todas las actividades que Él realizó aquí son trascendentales, y cimentan la senda de la liberación. Ahora usted está privada de Su presencia, y probablemente esté pensando en esas actividades y sintiéndose triste en ausencia de ellas. VERSO 24 Madre, usted es la fuente de todas las riquezas. Por favor, infórmeme cuál es la causa fundamental de sus tribulaciones, las cuales la han reducido a un estado así de débil. Creo que la poderosa influencia del tiempo, el cual conquista al más poderoso, puede que le haya quitado a la fuerza toda su fortuna, que era adorada incluso por los semidioses. VERSO 25 La deidad terrestre [en la forma de una vaca] le respondió así a la personalidad de los principios religiosos [en la forma de un toro]: ¡Oh, Dharma!, todo lo que me ha preguntado lo habrá de conocer. Trataré de responder a todas esas preguntas. Una vez, a usted también lo sostenían sus cuatro patas, y por la misericordia del Señor, hacía que aumentara la felicidad por todo el universo. VERSOS 26-30 En Él residen (1) la veracidad, (2) la limpieza, (3) el no tolerar la infelicidad de otros, (4) el poder de controlar la ira, (5) la autosatisfacción, (6) la rectitud, (7) la estabilidad de la mente, (8) el control de los órganos de los sentidos, (9) la responsabilidad, (10) la igualdad, (11) la tolerancia, (12) la ecuanimidad, (13) la lealtad, (14) el conocimiento, (15) la ausencia de disfrute de los sentidos, (16) el liderazgo, (17) la valentía, (18) la influencia, (19) el poder de hacer que todo sea posible, (20) el desempeño del deber indicado, (21) la completa independencia, (22) la destreza, (23) la plenitud de toda belleza, (24) la serenidad, (25) la bondad, (26) la ingenuidad, (27) la gentileza, (28) la magnanimidad, (29) la determinación, (30) la perfección en todo el conocimiento, (31) la ejecución debida, (32) la posesión de todos los objetos de disfrute, (33) el júbilo, (34) la impasibilidad, (35) la fidelidad, (36) la fama, (37) la adoración, (38) la ausencia de orgullo, (39) el ser (como la Personalidad de Dios), (40) la eternidad, y muchas otras cualidades trascendentales que están presentes en Él eternamente y de quien jamás habrán de separarse. Esa Personalidad de Dios, la fuente de toda belleza, el Señor Sri Krishna, ahora ha clausurado Sus pasatiempos trascendentales en la superficie de la Tierra. En Su ausencia, la era de Kali ha diseminado su influencia por doquier, y estoy triste de ver esta condición de la existencia. VERSO 31 Estoy pensando en mí misma y también en usted, ¡oh, el mejor de los semidioses!, así como también en todos los semidioses, en los sabios, en los ciudadanos de Pitrloka, en los devotos del Señor y en todos los hombres que obedecen el sistema de varna y asrama en la sociedad humana. VERSOS 32-33 Laksmiji, la diosa de la fortuna, cuyo vistazo de gracia era buscado por semidioses tales como Brahma, y por quien ellos le dedicaron muchos días a la Personalidad de Dios, abandonó su propia morada situada en el bosque de flores de loto, y se dedicó al servicio de los pies de loto del Señor. Yo estaba dotada de poderes específicos que desbancaban la fortuna de todos los tres sistemas planetarios, por estar decorada con las impresiones de la bandera, el relámpago, la vara de conducir elefantes y la flor de loto, que son signos de los pies de loto del Señor. Pero al final, cuando me sentía muy afortunada, el Señor me dejó. VERSO 34 ¡Oh, personalidad de la religión!, yo estaba sumamente sobrecargada por las excesivas falanges militares organizadas por reyes ateos, y fui aliviada por la gracia de la Personalidad de Dios. De igual modo, usted también se hallaba en una condición angustiosa, debilitada su fuerza por estar de pie, y, por ello, para aliviarlo, Él también se encarnó en la familia de los Yadus mediante Su energía interna. VERSO 35 ¿Quién puede tolerar, entonces, los tormentos de estar separado de esa Suprema Personalidad de Dios? Él pudo conquistar la gravedad y apasionada ira de amadas Suyas tales como Satyabhama, mediante Su dulce sonrisa amorosa, Su agradable mirada y Sus sinceros ruegos. Cuando Él recorría mi superficie [de la Tierra], yo me sumergía en el polvo de Sus pies de loto, y de ese modo quedaba cubierta de grama suntuosamente, que parecía ser mi vello que estaba erizado por el placer. VERSO 36 Mientras la Tierra y la personalidad de la religión conversaban de esa manera, el santo Rey Pariksit llegó a la ribera del río Sarasvati, que fluía hacia el Este.

TV SAI Latinoamérica 21.04.2021

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