Santa Casa de Ejercicios Espirituales

II Preparación Busco un lugar, procuro silencio exterior e interior. Evoco algún enfermo que conozca y su historia. Me miro como Dios me mira.... Pido: Ayudame a ser creativo en la misión Oración Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de él; sin embargo, algunos todavía dudaron. Acercándose, Jesús les dijo: Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo. Mateo 28,16-20 Después de la pandemia necesitaremos volver a Galilea, a vivir las cosas como antes, pero sin duda de otro modo. Igual que los discípulos, que se encuentran con Jesús en la Galilea de los comienzos, pero después de la experiencia pascual. Contemplo a los discípulos. Imagino el encuentro. Empatizo también con sus dudas. Escucho la voz de Jesús que envía a los discípulos. Todo envío tiene una gracia: la eficacia de la misión la garantiza el Señor. Saboreo la promesa de Jesús de estar siempre con nosotros. En un coloquio con Jesús le presento mi situación personal y me proyecto para cuando termine la pandemia. Le cuento mis sueños y también, como los discípulos, le presento mis dudas acerca del futuro. Le pido que me ilumine para evangelizar mi ambiente después de la pandemia con acciones eficaces y evangélicas. Me quedo charlando con Él de lo que me surja. Me despido rezando un Padrenuestro. Examen Reviso los factores externos: tiempo, lugar, distracciones, etc. Examino las mociones que experimenté durante la oración. Recibo las del buen espíritu y rechazo las del malo. Escribo qué me llevo de este ejercicio.

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I Preparación Elijo un lugar. Silencio el celular. Me sereno interiormente. Me miro como Dios me mira. Pido el Espíritu santo para discernir la voluntad de Dios para mi vida hoy.... Pido: Dame Señor lo que más necesito en este tiempo. Oración Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo Bartimeo, un mendigo ciego estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: ¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!. Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: ¡Hijo de David, ten piedad de mí!. Jesús se detuvo y dijo: Llámenlo. Entonces llamaron al ciego y le dijeron: ¡Ánimo, levántate! Él te llama. Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. Jesús le preguntó: ¿Qué quieres que haga por ti?. Él le respondió: Maestro, que yo pueda ver. Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino. Marcos 10,46-52 Contemplo a Bartimeo al borde del camino. ¿Cómo está, cómo se siente? Me hago testigo de la escena aplicando todos los sentidos. Me detengo en lo que hace Bartimeo y la reacción de Jesús. Me quedo donde Dios me deje. En un coloquio con el Señor le cuento cómo estoy yo, cómo me siento, de qué manera me afectó este tiempo de pandemia. Escucho la pregunta que Jesús le hace a Bartimeo como si a mí me la hiciera. Le respondo con confianza y pidiendo de corazón. Me despido con un padrenuestro. Examen Examino los factores externos: fidelidad al tiempo, al silencio distracciones, lugar, etc. Registro también las mociones (pensamientos + sentimientos).

Santa Teresa, Libro de la vida, cap 9

III Preparación Elijo un lugar. Llevo todo lo necesario. Me miro como Dios me mira. [EE 75] Le ofrezco al Corazón de Jesús todo lo que viva mientras rezo. Pido: Aumenta mi confianza en tu Sagrado Corazón... Oración 1. Pues ya andaba mi alma cansada y, aunque quería, no le dejaban descansar las malas costumbres que tenía. Me pasó que, entrando un día en el oratorio, vi una imagen que habían traído a guardar. Era de Cristo muy llagado y tan piadosa que, mirándola, me desconcerté, porque representaba bien lo que Él pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía, y me arrojé junto Él con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle. 3. Estaba ya muy desconfiada de mí y ponía toda mi confianza en Dios. Le dije entonces que no me iba a levantar de allí hasta que hiciese lo que le suplicaba. Creo que me aprovechó mucho, porque fui mejorando mucho desde entonces. Santa Teresa de Jesús, Libro de la Vida, càp 9 Contemplo la imagen que presenta Teresa. Me imagino la imagen del Sagrado Corazón. Mirando sus pies, evoco cuántos caminos habrá recorrido, a qué casas habrá entrado. Lo dejo entrar a la mía. Le presento mi realidad familiar. Me detengo en sus manos llagadas. Recuerdo a quiénes curó, perdonó, abrazó, bendijo. Me dejo acariciar por Jesús. Le presento las personas que conozco que más necesitan de su bendición hoy, le cuento sus historias e intercedo largamente por ellas. Contemplo el Corazón desbordante de Jesús. Le agradezco porque Me amó y se entregó por mí y me extiendo en acción de gracias por todo lo que recibo de Dios en lo cotidiano. Le suplico largamente todo lo que necesite. Me despido con un padrenuestro. Examen Luego de descansar unos minutos examino los factores externos: tiempo, lugar, postura corporal, sensaciones, etc. y las mociones (pensamientos + sentimientos). ¿Hacia dónde me llevan? Registro por escrito lo que me llevo de este ejercicio.

II Preparación Elijo un lugar. Llevo todo lo necesario. Me miro como Dios me mira. [EE 75] Le ofrezco al Corazón de Jesús todo lo que viva mientras rezo. Pido: Concédeme la alegría de tu salvación.... Oración Jesús les dijo entonces esta parábola: Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido". Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Lucas 15,3-7 Escucho la enseñanza que brota del Corazón de Jesús, imagen del Padre Misericordioso. Me detengo donde Dios me deje, contemplando, sintiendo y gustando la Palabra y su mensaje. Recorro junto con el Pastor el camino de búsqueda y encuentro de la oveja perdida. Pienso en las veces que me alejé del camino de Dios. Imagino a Jesús saliendo a buscarme. Charlo con Jesús acerca de su modo de proceder y le pido que me muestre cómo puedo imitarlo en mi vida. Me despido dando gracias. Examen Luego de descansar unos minutos examino los factores externos: tiempo, lugar, postura corporal, sensaciones, etc. y las mociones (pensamientos + sentimientos). ¿Hacia dónde me llevan? Registro por escrito lo que me llevo de este ejercicio.

I Preparación Elijo un lugar. Llevo todo lo necesario. Armo un altar. Me miro como Dios me mira. [EE 75] Le ofrezco al Corazón de Jesús todo lo que viva mientras rezo. Pido: Dame la vida que brota de tu Corazón traspasado.... Pido: Dame la vida que brota de tu Corazón traspasado. Oración Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: "No le quebrarán ninguno de sus huesos". Y otro pasaje de la Escritura, dice: "Verán al que ellos mismos traspasaron". Jn 19,31-37 Contemplo la escena con todos los sentidos. Considero la situación de Jesús: ya estaba muerto y aun así sufre otra herida, en su Corazón. Pienso en las heridas afectivas que pueda tener yo u otras personas que conozco. Se las muestro al Señor, contándole con toda confianza lo que aflige mi corazón. Le pido que la vida que brota de su Corazón traspasado sane esas heridas. Le agradezco al Corazón de Jesús por mis aprendizajes después de los momentos difíciles. Me quedo charlando con el Corazón de Jesús. Me despido con un Padrenuestro. Examen Luego de descansar unos minutos examino los factores externos: tiempo, lugar, postura corporal, sensaciones, etc. y las mociones (pensamientos + sentimientos). ¿Hacia dónde me llevan? Registro por escrito lo que me llevo de este ejercicio.

I Preparación Elijo un lugar. Llevo todo lo necesario. Armo un altar. Me miro como Dios me mira. [EE 75] Le ofrezco al Corazón de Jesús todo lo que viva mientras rezo. Pido: Dame la vida que brota de tu Corazón traspasado.... Pido: Dame la vida que brota de tu Corazón traspasado. Oración Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: "No le quebrarán ninguno de sus huesos". Y otro pasaje de la Escritura, dice: "Verán al que ellos mismos traspasaron". Jn 19,31-37 Contemplo la escena con todos los sentidos. Considero la situación de Jesús: ya estaba muerto y aun así sufre otra herida, en su Corazón. Pienso en las heridas afectivas que pueda tener yo u otras personas que conozco. Se las muestro al Señor, contándole con toda confianza lo que aflige mi corazón. Le pido que la vida que brota de su Corazón traspasado sane esas heridas. Le agradezco al Corazón de Jesús por mis aprendizajes después de los momentos difíciles. Me quedo charlando con el Corazón de Jesús. Me despido con un Padrenuestro. Examen Luego de descansar unos minutos examino los factores externos: tiempo, lugar, postura corporal, sensaciones, etc. y las mociones (pensamientos + sentimientos). ¿Hacia dónde me llevan? Registro por escrito lo que me llevo de este ejercicio.