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Sabroson Express Ctes 12.07.2021

Sábado de pizzas? Para la salsa usamos nuestro condimento para pizzas... consultanos!! #UnGustitoEspecial #ElIngredienteSecreto

Sabroson Express Ctes 29.06.2021

Y para completar... ORÉGANO!! #NocheDePizzas

Sabroson Express Ctes 22.06.2021

CABO 1ro. VGM ROBERTO BACILIO BARUZZO. #HeroeDeMalvinas #ProhibidoOlvidar #Memoria Baruzzo, oriundo del pueblo de Riachuelo, Corrientes, nació el 22 de marzo de... 1960 y fue homenajeado con un busto y calle en su lugar que lo vio nacer y crecer. Acompañamos el relato de nuestro héroe: En los días previos al ataque contra Monte Longdon, los bombardeos ingleses sobre esa área se habían intensificado y como resultado el Cabo 1ro Baruzzo fue herido en la mano por una esquirla. En una de las noches, el cabo oyó gritos desgarradores. A pesar del cañoneo, salió de su pozo de zorro y encontró a un soldado con la pierna destrozada por el fuego naval enemigo. Sin titubear, dejó su fusil y cargó al herido hasta el puesto de enfermería, tratando de evitar que se desangrara. En la noche del 10 al 11 de junio, Puerto Argentino mostraba el espectáculo fantasmagórico que ofrecía la ofensiva británica. En medio de un estruendo ensordecedor, los montes aledaños eran cruzados por una miríada de proyectiles trazantes e intermitentementes iluminados por bengalas, allí, en esos momentos, estaban matando y muriendo muchos bravos soldados argentinos. En medio del fragor, la sección de Baruzzo ya se había replegado hacia el Monte Harriet, sobre el cual los ingleses estaban realizando una acción envolvente. Varios grupos de soldados del 12 y del Regimiento 4 quedaron aislados. El teniente primero Jorge Echeverría, un oficial de Inteligencia de esta última unidad, los agrupa y encabeza la resistencia, Baruzzo se suma a ellos y ve a al oficial parapetado detrás de una roca, disparando su FAL. Incursionando la zona de combate, Baruzzo despoja a uno de los caídos británicos de su visor nocturno. Ahora la diferencia en recursos ya no será tan despareja, piensa. Con el visor va ubicando las cabezas de los ingleses que asoman detrás de las rocas, y tanto Baruzzo, como su jefe afinan la puntería. Los soldados de Su Majestad, por su parte, los rocían de plomo e insultos. Las trazantes pegan a centímetros del cuerpo del oficial, finalmente este es herido en la pierna y cae en un claro, ya fuera de la protección de la roca. Cuando Baruzzo se le quiere acercar, un inglés surge de la oscuridad y le tira al cabo. Falla el primer disparo, pero antes de que pueda efectuar el segundo, Echeverría, disparando desde el suelo, lo abate. Otro inglés le tira a Echeverría, pero Baruzzo lo mata de un certero disparo. Cerca de ellos, el conscripto Gorosito pelea como un león tratando de cubrirlos exponiendose. Los adversarios están a apenas siete u ocho metros uno del otro y sólo pueden verse las siluetas en los breves momentos en que alguna bengala ilumina la zona. Echeverría está sangrando profusamente: tiene tres balazos en la pierna. El joven cabo de apenas 22 años con el cordón de la chaquetilla del oficial, le hace un torniquete en el muslo. Echeverría se levanta y empiezan a caminar por un desfiladero, mientras a su alrededor siguen impactando las trazantes. De repente, de atrás de un peñasco, entre la neblina y las bengalas, surge la silueta de un inglés, quien dispara, y le da de lleno a Echeverría. Baruzzo contesta el fuego y el atacante se desploma muerto. Esta vez Echeverría había sido herido en el hombro y el brazo: una sola bala le causo dos orificios de entrada y dos de salida. El teniente primero cae boca abajo y Baruzzo ve que le está brotando sangre por el cuello. ¡Se me está desangrando!, se desespera el cabo. Aún hoy, el suboficial no puede hablar de su jefe sin emocionarse: El es uno de mis más grandes orgullos. Un hombre de un coraje impresionante. Allí, con cinco heridas de bala, estaba íntegro, tenía una tranquilidad increíble, una gran paz. Con total naturalidad, me ordenó que yo me retirara, que lo dejara morir allí, que salvara mi vida. Me eché a llorar. ¿Como iba a hacer eso? ¡Yo no soy de abandonar! Y encima a este hombre, que era mi ejemplo de valentía! Tenía conmigo intacta la petaquita de whisky que la superioridad nos había dado junto a un cigarrillo; es que yo no bebo ni fumo. Y le di de tomar. Eso si que está bueno, me comentó y perdió el conocimiento. Lo cubrí, lo agarré de la chaquetilla y empecé a arrastrarlo. Súbitamente, Baruzzo se vio rodeado por una sección de Royal Marines del Batallón 42. Sin acobardarse desenvainó su cuchillo de combate, ese fiel facón correntino que defendió por generaciones a nuestro suelo y con el los ataco para resistir varios minutos pero uno de los ingleses con el caño de su fusil logro pegarle un ligero golpe en la mano, como señalándole que ya todo había terminado. Baruzzo, cubierto de pies a cabeza con la sangre de Echeverría, dejó caer el arma, Y el mismo soldado enemigo lo abrazó con fuerza, fraternalmente. Al amanecer, al ver que no tenía heridas graves, sus captores le ordenaron que, con otros argentinos, se dedicara a recoger heridos y muertos. Yo personalmente junté 5 ó 6 cadáveres enemigos, me cuenta Baruzzo. Pero en internet los ingleses dicen que en ese combate sólo tuvieron una baja! Echeverría fue helitransportado por los británicos al buque hospital Uganda, sobrevivió, recibió del Ejército Argentino la medalla al Valor en Combate y hoy vive con su mujer y dos hijas en Tucumán (la menor tenía dos añitos en el 82). Baruzzo también tiene dos hijas, a las que bautizó Malvina Soledad y Mariana Noemí, y vive en su Corrientes natal. En su pago chico ha tenido un par de halagos que merecía: hay una calle con su nombre y hasta le fue erigido un busto en vida. Pero aún así, nadie repara en su existencia, ni conoce su proeza. Poco después de la guerra, el 15 de noviembre del 82, Baruzzo recibió una carta del teniente primero, donde este le agradece su resolución generosa y desinteresada, su sentido del deber hasta el final, cuando otros pensaron en su seguridad personal. Toda esa valentía de los changos, son suficiente motivo para encontrar a Dios y agradecerle esos últimos momentos. Pero, así Él lo decidió, guardándome esta vida que Usted supo alentar con sus auxilios. El oficial le cuenta que lo ha propuesto para la máxima condecoración al valor y le manifiesta su alegría de haber encontrado un joven suboficial que definió el carácter y el temple de aquellos que forman Nuestro Glorioso Ejercito, y de los cuales tanto necesitamos. Personalmente, Baruzzo volvió a encontrarse con Echeverría recién 24 años después de aquella terrible noche. Desde ese reencuentro ambos forjaron una amistad inquebrantable. Ambos lloraron, el oficial le mostró sus heridas, dijo que el cabo había sido su ángel de la guardia, y le regaló una plaquetita, con la inscripción: Estos últimos 24 años de mi vida testimonian tu valentía. También le contó que en el buque-hospital los médicos británicos dejaron que le siguiera manando sangre un buen rato, para que así se lavara el fósforo de las balas trazantes. You have very good soldiers (Usted tiene muy buenos soldados), le espetaron los militares ingleses al ensangrentado teniente primero. Cabo 1ro. ROBERTO BACILIO BARUZZO - RI 12 - Por su heroísmo en la batalla del Monte Longdon, combatiendo herido por esquirlas de bombardeos en los días anteriores. En dicha batalla el Cabo Baruzzo transportó bajo fuego enemigo a lugares seguros a heridos, exponiéndose a sí mismo y arriesgando su vida en varias ocasiones, y continuando la pelea durante dichas maniobras contra infantería enemiga en combate cuerpo a cuerpo hasta agotar munición, e incluso intentando combatir con su cuchillo hasta caer prisionero ante un pelotón de Royal Marines. Por tal motivo otórguesele La Medalla Cruz La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate y declaresele "Héroe de la Nación Argentina" según la Ley 22.607 (1982), ley 24.229 y sucesivos.

Sabroson Express Ctes 17.06.2021

Te imaginas el asadito del domingo con un chimichurri? Riquísimo!! Consultanos!!!

Sabroson Express Ctes 09.06.2021

Sábado de pizzas? Para la salsa usamos nuestro condimento para pizzas... consultanos!! #UnGustitoEspecial #ElIngredienteSecreto

Sabroson Express Ctes 07.06.2021

CABO 1ro. VGM ROBERTO BACILIO BARUZZO. #HeroeDeMalvinas #ProhibidoOlvidar #Memoria Baruzzo, oriundo del pueblo de Riachuelo, Corrientes, nació el 22 de marzo de... 1960 y fue homenajeado con un busto y calle en su lugar que lo vio nacer y crecer. Acompañamos el relato de nuestro héroe: En los días previos al ataque contra Monte Longdon, los bombardeos ingleses sobre esa área se habían intensificado y como resultado el Cabo 1ro Baruzzo fue herido en la mano por una esquirla. En una de las noches, el cabo oyó gritos desgarradores. A pesar del cañoneo, salió de su pozo de zorro y encontró a un soldado con la pierna destrozada por el fuego naval enemigo. Sin titubear, dejó su fusil y cargó al herido hasta el puesto de enfermería, tratando de evitar que se desangrara. En la noche del 10 al 11 de junio, Puerto Argentino mostraba el espectáculo fantasmagórico que ofrecía la ofensiva británica. En medio de un estruendo ensordecedor, los montes aledaños eran cruzados por una miríada de proyectiles trazantes e intermitentementes iluminados por bengalas, allí, en esos momentos, estaban matando y muriendo muchos bravos soldados argentinos. En medio del fragor, la sección de Baruzzo ya se había replegado hacia el Monte Harriet, sobre el cual los ingleses estaban realizando una acción envolvente. Varios grupos de soldados del 12 y del Regimiento 4 quedaron aislados. El teniente primero Jorge Echeverría, un oficial de Inteligencia de esta última unidad, los agrupa y encabeza la resistencia, Baruzzo se suma a ellos y ve a al oficial parapetado detrás de una roca, disparando su FAL. Incursionando la zona de combate, Baruzzo despoja a uno de los caídos británicos de su visor nocturno. Ahora la diferencia en recursos ya no será tan despareja, piensa. Con el visor va ubicando las cabezas de los ingleses que asoman detrás de las rocas, y tanto Baruzzo, como su jefe afinan la puntería. Los soldados de Su Majestad, por su parte, los rocían de plomo e insultos. Las trazantes pegan a centímetros del cuerpo del oficial, finalmente este es herido en la pierna y cae en un claro, ya fuera de la protección de la roca. Cuando Baruzzo se le quiere acercar, un inglés surge de la oscuridad y le tira al cabo. Falla el primer disparo, pero antes de que pueda efectuar el segundo, Echeverría, disparando desde el suelo, lo abate. Otro inglés le tira a Echeverría, pero Baruzzo lo mata de un certero disparo. Cerca de ellos, el conscripto Gorosito pelea como un león tratando de cubrirlos exponiendose. Los adversarios están a apenas siete u ocho metros uno del otro y sólo pueden verse las siluetas en los breves momentos en que alguna bengala ilumina la zona. Echeverría está sangrando profusamente: tiene tres balazos en la pierna. El joven cabo de apenas 22 años con el cordón de la chaquetilla del oficial, le hace un torniquete en el muslo. Echeverría se levanta y empiezan a caminar por un desfiladero, mientras a su alrededor siguen impactando las trazantes. De repente, de atrás de un peñasco, entre la neblina y las bengalas, surge la silueta de un inglés, quien dispara, y le da de lleno a Echeverría. Baruzzo contesta el fuego y el atacante se desploma muerto. Esta vez Echeverría había sido herido en el hombro y el brazo: una sola bala le causo dos orificios de entrada y dos de salida. El teniente primero cae boca abajo y Baruzzo ve que le está brotando sangre por el cuello. ¡Se me está desangrando!, se desespera el cabo. Aún hoy, el suboficial no puede hablar de su jefe sin emocionarse: El es uno de mis más grandes orgullos. Un hombre de un coraje impresionante. Allí, con cinco heridas de bala, estaba íntegro, tenía una tranquilidad increíble, una gran paz. Con total naturalidad, me ordenó que yo me retirara, que lo dejara morir allí, que salvara mi vida. Me eché a llorar. ¿Como iba a hacer eso? ¡Yo no soy de abandonar! Y encima a este hombre, que era mi ejemplo de valentía! Tenía conmigo intacta la petaquita de whisky que la superioridad nos había dado junto a un cigarrillo; es que yo no bebo ni fumo. Y le di de tomar. Eso si que está bueno, me comentó y perdió el conocimiento. Lo cubrí, lo agarré de la chaquetilla y empecé a arrastrarlo. Súbitamente, Baruzzo se vio rodeado por una sección de Royal Marines del Batallón 42. Sin acobardarse desenvainó su cuchillo de combate, ese fiel facón correntino que defendió por generaciones a nuestro suelo y con el los ataco para resistir varios minutos pero uno de los ingleses con el caño de su fusil logro pegarle un ligero golpe en la mano, como señalándole que ya todo había terminado. Baruzzo, cubierto de pies a cabeza con la sangre de Echeverría, dejó caer el arma, Y el mismo soldado enemigo lo abrazó con fuerza, fraternalmente. 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Poco después de la guerra, el 15 de noviembre del 82, Baruzzo recibió una carta del teniente primero, donde este le agradece su resolución generosa y desinteresada, su sentido del deber hasta el final, cuando otros pensaron en su seguridad personal. Toda esa valentía de los changos, son suficiente motivo para encontrar a Dios y agradecerle esos últimos momentos. Pero, así Él lo decidió, guardándome esta vida que Usted supo alentar con sus auxilios. El oficial le cuenta que lo ha propuesto para la máxima condecoración al valor y le manifiesta su alegría de haber encontrado un joven suboficial que definió el carácter y el temple de aquellos que forman Nuestro Glorioso Ejercito, y de los cuales tanto necesitamos. Personalmente, Baruzzo volvió a encontrarse con Echeverría recién 24 años después de aquella terrible noche. Desde ese reencuentro ambos forjaron una amistad inquebrantable. Ambos lloraron, el oficial le mostró sus heridas, dijo que el cabo había sido su ángel de la guardia, y le regaló una plaquetita, con la inscripción: Estos últimos 24 años de mi vida testimonian tu valentía. También le contó que en el buque-hospital los médicos británicos dejaron que le siguiera manando sangre un buen rato, para que así se lavara el fósforo de las balas trazantes. You have very good soldiers (Usted tiene muy buenos soldados), le espetaron los militares ingleses al ensangrentado teniente primero. Cabo 1ro. ROBERTO BACILIO BARUZZO - RI 12 - Por su heroísmo en la batalla del Monte Longdon, combatiendo herido por esquirlas de bombardeos en los días anteriores. En dicha batalla el Cabo Baruzzo transportó bajo fuego enemigo a lugares seguros a heridos, exponiéndose a sí mismo y arriesgando su vida en varias ocasiones, y continuando la pelea durante dichas maniobras contra infantería enemiga en combate cuerpo a cuerpo hasta agotar munición, e incluso intentando combatir con su cuchillo hasta caer prisionero ante un pelotón de Royal Marines. Por tal motivo otórguesele La Medalla Cruz La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate y declaresele "Héroe de la Nación Argentina" según la Ley 22.607 (1982), ley 24.229 y sucesivos.

Sabroson Express Ctes 30.05.2021

Consultas 379 428-7163

Sabroson Express Ctes 26.05.2021

Te imaginas el asadito del domingo con un chimichurri? Riquísimo!! Consultanos!!!

Sabroson Express Ctes 24.05.2021

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